La incertidumbre que se cierne sobre el sector automovilístico europeo ha generado preocupación entre los proveedores, quienes consideran que la situación actual es sin precedentes. Según el último informe elaborado por la Asociación Europea de Proveedores de Automóviles (CLEPA) en colaboración con McKinsey, esta incertidumbre impactará en los beneficios trimestrales de las empresas debido a la pérdida de competitividad y la creciente competencia de China.
En este sentido, los proveedores señalan que aunque hay margen para el crecimiento del negocio, las perspectivas en uno de los mayores mercados para el sector, el chino, siguen siendo modestas. Solo tres de cada diez proveedores esperan que China represente una parte importante de su negocio en el futuro, a pesar de la amenaza que suponen las marcas chinas para las tradicionales europeas.
Entre los desafíos actuales que enfrentan las empresas del sector se encuentra la necesidad de optimizar la inversión, especialmente en investigación y desarrollo, y acelerar los ciclos de desarrollo de productos. La volatilidad y la incertidumbre tanto de los clientes como de los proveedores también son aspectos que preocupan a la industria europea de suministro de automóviles, aunque mantienen un optimismo cauteloso.
En palabras de Lukas Michor, responsable del estudio de McKinsey en EMEA, la gran incertidumbre sobre el futuro desarrollo del mercado y la transición a los vehículos eléctricos son preocupaciones clave para el sector. Asimismo, la disminución de la competitividad de la Unión Europea debido a los altos costes de producción y el desarrollo tecnológico de otras regiones como China son desafíos estratégicos que destacan desde CLEPA.
El secretario general de CLEPA, Benjamin Krieger, ha valorado la necesidad de mejorar la competitividad de la UE en un contexto de deterioro de la confianza empresarial. Los altos niveles de incertidumbre en torno a los nuevos proyectos y la demanda de vehículos eléctricos en Europa, junto con la presión de los fabricantes para reducir costes, están contribuyendo a un clima de incertidumbre en el sector.
En conclusión, a pesar de que un porcentaje de proveedores espera un incremento de los ingresos hacia finales de año, la mayoría se muestra cautelosa debido a la situación actual. La competitividad, la transición hacia los vehículos eléctricos y la incertidumbre sobre el futuro del mercado son factores que mantienen en vilo a la industria automotriz europea.
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