24h España.

24h España.

"El Adiós de Rafa Nadal al Tenis"

Al fin llegó el momento esperado: el 2024 significó el adiós definitivo de una leyenda del deporte. Rafa Nadal, el tenista balear que ha dejado una huella imborrable en la historia del tenis español, concluyó su carrera profesional sin el tan ansiado desenlace cinematográfico, aunque su legado ya está firmemente establecido en la memoria colectiva.

El 20 de noviembre en Madrid marcó un día trascendental. Nadal, después de una extensa carrera llena de momentos gloriosos, se despidió oficialmente en Málaga, donde su equipo quedó eliminado de la Copa Davis en cuartos de final. "Hace tiempo que me di cuenta de que mi final no iba a ser de película", expresó el icónico deportista, rodeado del cariño de millones que han seguido su trayectoria.

Desde mayo de 2023, los vaticinios sobre su retirada empezaron a intensificarse. En una emotiva conferencia de prensa en su academia en Manacor, Nadal reveló que no participaría en Roland Garros y habló acerca de un "punto y aparte" en su carrera, con el deseo de recuperarse físicamente para lo que él intuía como su última temporada profesional. Dos semanas más tarde, se sometió a una cirugía que marcó un nuevo capítulo en su vida tenística.

Durante su notable trayectoria, cada desafío se había enfrentado con valentía y determinación. Aun así, el año 2024 se presentó inicialmente con promesas frustradas, ya que tras un regreso fallido al circuito en Brisbane, un microdesgarro lo dejó una vez más al margen de la competición. A medida que el calendario avanzaba, torneos como el abierto de Australia y el evento en Doha se fueron esfumando de su lista de objetivos.

A medida que se acercaba la temporada de tierra, aumentó la esperanza por parte de sus seguidores. "Últimamente se me hace difícil hacer predicciones", admitió el tenista, mientras la primavera daba paso a la arcilla, una superficie que conocía tan bien y donde había cosechado innumerables victorias, incluyendo 14 títulos de Roland Garros.

Sin embargo, sus intentos por volver al nivel que alguna vez dominó se vieron empañados cuando el Torneo de Montecarlo lo obligó a retirarse nuevamente. "Simplemente mi cuerpo no me deja", confesó el competidor, quien, tras un esfuerzo en el torneo de Barcelona, no logró regresar a su forma habitual y continuó viéndose superado por la inactividad.

Consciente de su situación, Nadal continuó entrenando con la misma dedicación de siempre, logrando cierta regularidad en eventos como el de Madrid, donde disputó varios partidos aunque lamentablemente sintió que su mejor nivel ya no estaba al alcance. En el sorteo de Roland Garros, la suerte tampoco estuvo de su lado, y su debut resultó ser una despedida amarga ante el alemán Alexander Zverev, quien lo eliminó sin contemplaciones.

El tenista, que había fijado los Juegos Olímpicos de París como su meta final, volvió a enfrentar las adversidades del destino en el sorteo y, lamentablemente, se vio de nuevo frente a un rival formidable como Novak Djokovic. La derrota ante el serbio selló su capítulo olímpico, mientras que su anhelo de un emocionado cierre junto a Carlos Alcaraz en el dobles tampoco dio resultado.

Mientras reflexionaba sobre su carrera, Nadal entendió que "se ha terminado una etapa". Su marcha de París estuvo marcada por la fotografía con la antorcha olímpica bajo la icónica Torre Eiffel, aunque la incertidumbre sobre la forma y el momento de su despedida persistía, con la Copa Davis brillando a la vista como un posible destino final.

El tenista también participó en un evento de exhibición, donde recibió el apoyo de sus compañeros. A pesar de su derrota, el movimiento de reafirmación de Nadal no cesó. En Málaga, el capitán del equipo, David Ferrer, lo eligió para abrir la eliminatoria contra Países Bajos. Sin embargo, el sobrecogimiento a los años de lucha y éxito se hizo evidente cuando fue superado por Botic van de Zandschulp, un recordatorio de que todo se había transformado.

Finalmente, el ciclo se cerró como había comenzado, 20 años después de su primera derrota en la Copa Davis, sin que España pudiera llevarse el título. Mientras Alcaraz lograba su punto, y se acercaba la despedida, Nadal se encontraba en las gradas, asistiendo a su última actuación casi en silencio.

No obstante, las lágrimas y el reconocimiento no tardaron en llegar. A sus 38 años, el tenista de Manacor se despidió con gratitud por el esfuerzo realizado a lo largo de su carrera, destacando su capacidad de haber superado retos inimaginables alzando la voz por los silencios de su sacrificio. Con su familia siempre a su lado, el coloso del deporte dejó el horizonte abierto a nuevas reflexiones y despedidas, un cierre que resonará en el corazón de sus seguidores por muchos años.