En una visita inesperada que ha conmocionado a muchos, el Papa León XIV llegó al Hospital Bambino Gesù en Roma, donde se encontraba en tratamiento Ignacio, un joven de 15 años diagnosticado con un linfoma. La familia del chico, que reside en Murcia, había viajado a la capital italiana para participar en el Jubileo de los Jóvenes, cuando de repente el adolescente sufrió un dolor en el pecho que lo llevó a ser hospitalizado de urgencia.

Según el portal oficial del Vaticano, "Vatican News", la reunión tuvo lugar en la Unidad de Cuidados Intensivos. Mientras la familia rezaba con fervor por la recuperación de Ignacio, un sacerdote les indicó que el Papa había llegado de forma sorpresiva para transmitir su apoyo y consuelo. Aunque Ignacio se encontraba sedado y no pudo ser testigo del encuentro, su familia recibió al Pontífice con gratitud y esperanza.

La visita del obispo de Roma fue un momento significativo para la familia. León XIV pasó aproximadamente media hora con ellos, compartiendo oraciones y ofreciendo palabras de aliento. En su conversación, el Papa habló sobre la importancia de la fe y la vida eterna, recordándoles que "estamos hechos para el cielo". Estas palabras de esperanza resonaron profundamente entre los padres y hermanos de Ignacio.

El padre del joven expresó su asombro ante el gesto del Pontífice, quien les brindó una calidez reconfortante en un momento de gran incertidumbre. “Nos dio una palabra que nos ayudó mucho. En momentos de sufrimiento, escuchar al Papa es lo mejor que nos pudo pasar”, relató con emoción mientras aguardaba su turno para estar con Ignacio.

La madre de Ignacio también se mostró conmovida y agradecida por la visita. “Me dijo que, si Ignacio había venido hasta Roma, él podía acercarse al hospital. Fueron palabras sencillas, pero llenas de cariño”, comentó Carmen Gloria, destacando el mensaje de cercanía y apoyo que le transmitió el Papa durante su visita.

En medio de la angustia, la familia ha sentido el fuerte respaldo de amigos, comunidad y desconocidos que se han unido en oración por la recuperación del adolescente. Carmen Gloria mencionó que la historia de su hijo ha tocado corazones y ha motivado a muchos a rezar. “No somos nada especial, solo una familia más, y ver a tantos apoyándonos es un gran consuelo”, subrayó.

El hermano menor de Ignacio, Pedro Pablo Jr., confirmó el dolor que todos sienten, pero también resaltó el efecto positivo de la visita del Papa. “Es un gesto que nos ha proporcionado paz y nos ha unido en la fe. La oración puede mover montañas”, reflexionó, dejando claro que la tragedia ha conseguido despertar un sentido de comunidad y esperanza en los corazones de aquellos que conocen su historia.

Finalmente, el joven añadió que el Papa mostró una verdadera empatía hacia su situación. “Nos escuchó y se preocupó de verdad. Su presencia fue un signo de que no estamos solos en este dolor”, concluyó, dejando entrever que, a pesar de la incertidumbre, la fe y el amor familiar son luces que les guían en estos momentos difíciles.