En un reciente intercambio en el Congreso, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, se vio en el centro de una intensa disputa política relacionada con la situación en Venezuela. Su actuación fue criticada por Miguel Tellado, portavoz del Partido Popular (PP), quien sugirió que Albares sirve más a los intereses del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que a los de España, en un contexto de creciente preocupación por los derechos humanos y la democracia en el país sudamericano.

Tellado, utilizando su tiempo en el Pleno, hizo referencia a la postura del ministro de Justicia, Félix Bolaños, para reprochar la falta de reconocimiento del opositor Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela. Según el portavoz del PP, la actuación de Albares refleja una sumisión vergonzosa y una falta de firmeza ante el gobierno de Nicolás Maduro, lo que consideró inaceptable.

Albares, por su parte, defendió su papel afirmando que mientras otros buscan convertir al PP en un “partido venezolano”, él tiene la responsabilidad de salvaguardar los intereses de España y sus ciudadanos. En una réplica contundente, resaltó que España ha hecho más por Venezuela que ningún otro país, rebatió las acusaciones sobre su compromiso con la democracia y los derechos humanos, y enfatizó la liberación de Edmundo González, que se encuentra en Madrid.

La diputada del PP, Belén Hoyo, no escatimó críticas, acusando a Albares de presentarse en el hemiciclo con una actitud arrogante mientras que ante Maduro, se mostraba sumiso. Afirmó que los recientes acontecimientos han revelado las verdaderas motivaciones detrás de esta supuesta sumisión del gobierno español.

En su respuesta, Albares llamó a la calma y enfatizó que el Pleno es un espacio para el debate constructivo y no para los insultos. Subrayó que su labor está enfocada en unir a los venezolanos y no en exacerbar divisiones. Afirmó su lealtad a España y destacó la labor del gobierno en la acogida de venezolanos, acusando al PP de aprovechar la crisis para atacar al gobierno, en lugar de demostrar un genuino interés por el bienestar del pueblo venezolano.

El ministro concluyó su intervención recordando que España se preocupa no solo por los venezolanos que residen en el país, sino también por aquellos ciudadanos españoles que siguen atrapados en Venezuela. Su declaración reitera que su compromiso es una muestra de sensatez y humanidad en un clima de tensión política donde la dignidad y los derechos humanos deben prevalecer por encima de las disputas partidistas.