MADRID, 13 de marzo. -

En un acto que reafirma su compromiso con la causa de las mujeres, Elisa Mouliaá ha donado los más de 54.000 euros que recibió por su participación en diversos programas de televisión donde compartió su dolorosa experiencia tras la supuesta agresión sexual por parte de Íñigo Errejón en septiembre de 2021. Este gesto altruista está destinado a la Asociación Mujeres en Acción (MUAC), que trabaja incansablemente por apoyar a las víctimas de violencia de género.

 Antes de realizar la entrega de esta donación ante notario, Elisa se presentó en los Juzgados de Plaza de Castilla para cumplir con los requerimientos legales. Con la determinación de demostrar su transparencia, acudió acompañada de su abogado, Alfredo Arrién, para entregar su teléfono móvil como parte de las evidencias solicitadas por el juez Adolfo Carretero.

 Al llegar a los juzgados, Elisa declaró sentirse tranquila y segura, aunque su abogado reveló que, debido a problemas técnicos, no se pudo realizar el volcado de su teléfono en el momento. Explicó que, aunque ella cumplió con la cita, Errejón se negó a hacerlo hasta que se resolviera un recurso que ha interpuesto en la Audiencia Provincial.

Elisa aprovechó la ocasión para reafirmar su intención de donar el dinero recibido, exclamando: "Voy a entregar todo a la acogida de víctimas de violencia de género, así como a sus hijos y a brindarles trabajo".

 La actriz, con una firmeza admirable, se mostró desafiadora ante las dudas que algunos han expresado sobre su integridad. “Los hechos hablan por sí solos. Yo no tengo nada que ocultar y aquí estoy...”, comentó, aludiendo a la ausencia de Errejón en el proceso.

 Además, Elisa compartió detalles sobre la comunicación que mantuvo con el expolítico tras el incidente, enfatizando que solo intercambiaron ocho mensajes en un periodo de dos años, y ninguno de ellos indicaba una intención de reencontrarse. “No hay ni un solo mensaje que sugiera que había amistad”, aclaró con convicción.

 La situación es aún más preocupante, ya que su padre testificó ante el juez sobre el estado de Elisa la noche de la supuesta agresión, describiéndola como "ausente y distraída". A esto, ella confesó que el impacto emocional ha sido asombroso, describiendo su experiencia como un profundo proceso de sanación.

 Frente a los escépticos que dudaban de su compromiso, Elisa les envió un mensaje claro: "La verdad florece y al final cae por su propio peso". Apenas minutos después, ella y su abogado llegaron a la notaría para formalizar la entrega de la donación.

 En una resolución significativa, Elisa explicó que el inmueble adquirido está destinado a las víctimas de violencia de género, y aunque ella es la propietaria, se cederá el uso a la asociación correspondiente. “No tengo intención de obtener beneficio económico; esto es completamente para ayudar”, insistió, enfatizando que el alquiler del inmueble se usará para cubrir los salarios de quienes trabajen allí y ayudar a las mujeres a reconstruir sus vidas.

 Con una visión clara y solidaria, Elisa Mouliaá se posiciona no solo como una voz valiente que denuncia la violencia de género, sino también como una figura que actúa con integridad para fomentar un cambio positivo en la vida de muchas mujeres afectadas por estas injusticias.