
Un contingente significativo de cerca de 66.000 empleados se volcó en las protestas que iniciaron con un paro laboral de dos horas en la planta de Zwickau, marcando un momento crucial en la historia reciente de Volkswagen.
MADRID, 2 Dic.
Los trabajadores del conglomerado automovilístico alemán Volkswagen han dado inicio, este lunes, a una serie de huelgas en todo el país, motivados por la amenaza inminente del cierre de plantas y el despido masivo de personal, en medio de la caída de la demanda de sus vehículos, particularmente en mercados esenciales como el chino.
El lunes, los empleados de las distintas fábricas de Volkswagen en Alemania se retiraron en oleadas de su trabajo para iniciar paros temporales, dando la señal de un levantamiento colectivo contra el gigante de la automoción, que comienza a resonar en diversas localidades del país.
De acuerdo con un comunicado del sindicato IG Metall, recogido por DPA, más de la mitad de la plantilla de las instalaciones alemanas de Volkswagen se sumó a las huelgas, un hecho que resalta la magnitud del descontento obrero en esta empresa emblemática.
Las movilizaciones comenzaron con un paro de dos horas en la planta de Zwickau, situada en el este de Alemania, donde multitud de trabajadores se congregaron para alzar sus voces en rechazo a las medidas propuestas por la dirección de la compañía.
En la planta principal de Volkswagen en Wolfsburgo, miles de obreros recorrieron las líneas de producción, culminando su marcha en una concentración frente a las oficinas de la dirección del grupo, evidenciando su frustración ante las decisiones empresariales que amenazan su futuro.
Previo a las huelgas, el sindicato había advertido sobre sus planes de protestar ante la intención de Volkswagen de recortar miles de millones en costes, los cuales incluirían despidos masivos y cierres de plantas, además de recortes salariales que afectarían drásticamente a los trabajadores.
Por su parte, la dirección de Volkswagen ha dejado claro que para mejorar sus resultados financieros y garantizar la sostenibilidad de la empresa en un mercado cada vez más competitivo, es imperativo llevar a cabo reducciones de costes considerables.
En las semanas anteriores, la alta dirección de Volkswagen había rechazado rotundamente una propuesta presentada por los sindicatos que buscaba prevenir despidos, la cual contemplaba mayor flexibilidad en la reducción de horas de trabajo y la suspensión de aumentos salariales durante los próximos dos años, considerándola inadecuada.
En este contexto, los sindicatos anunciaron el lunes una serie de paros planeados de dos horas en todos los turnos del país, programados para concluir al final de la jornada nocturna del martes.
Asimismo, miles de trabajadores se unieron a las manifestaciones a las afueras de las fábricas, en localidades como Zwickau y Emden. En Braunschweig, más de 1.000 empleados marcharon por las calles, demostrando la amplia disconformidad con las políticas de la empresa.
Como resultado, todas las fábricas de Volkswagen en Alemania, excepto una, se vieron impactadas por los paros del lunes. Thorsten Gröger, principal negociador de IG Metall en Wolfsburgo, subrayó que el paro a nivel nacional tiene un efecto perjudicial sobre la operativa del fabricante.
En referencia a las inminentes negociaciones, la presidenta del comité de empresa de Volkswagen, Daniela Cavallo, indicó que la próxima ronda de diálogo programada para el 9 de diciembre será crucial para determinar los pasos futuros en cuanto a la acción laboral. “Si es necesario, implementaremos nuevas acciones de huelga”, enfatizó.
Estas negociaciones son de alta relevancia, ya que afectan directamente a alrededor de 120.000 trabajadores en las plantas de Volkswagen en el oeste de Alemania. Un acuerdo en estas discusiones también influiría en unos 10.000 trabajadores en las instalaciones de la empresa en el Estado de Sajonia, en el este del país.
Los empleados de Volkswagen reclaman incrementos en sus salarios y salvaguardias laborales en las negociaciones colectivas actuales, exigiendo la conservación de todas las sedes en Alemania, mientras que la dirección está presionando para que acepten un recorte salarial general del 10%.
De acuerdo con el comité de empresa, la dirección también está considerando el cierre de tres plantas en Alemania, lo que podría resultar en la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo, poniendo en la cuerda floja la estabilidad laboral de miles de familias.
La combinación de una débil demanda, creciente competencia y un mercado chino cada vez más complicado ha generado una tormenta perfecta en Volkswagen, que ya ha manifestado que, debido a la caída en las ventas en Europa, sus plantas cuentan actualmente con la capacidad inutilizada para producir alrededor de 500.000 vehículos adicionales al año, lo que equivale aproximadamente a la capacidad total de dos instalaciones enteras.
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