En medio de una jornada turbulenta, las acciones de varias empresas automovilísticas europeas como Stellantis, Aston Martin, Renault Group, Volkswagen, Porsche y Volvo Car están en caída libre. Estos descensos se suman a una serie de anuncios de recorte de previsiones de resultados en las últimas semanas, indicando posibles dificultades en el horizonte para la industria del automóvil en Europa.

Stellantis, bajo el liderazgo de Carlos Tavares, ha revisado a la baja sus proyecciones para el ejercicio de 2024, estrechando su margen de ingresos operativos ajustados. Esta noticia ha llevado a una caída del 14,01% en el valor de las acciones de la compañía, que cotizan actualmente a 12,51 euros por acción.

Por otro lado, Aston Martin ha anunciado recortes en sus previsiones de ventas anuales y ganancias ajustadas, lo que ha llevado a una disminución del 20,11% en el precio de sus acciones, situándose en 127,4 libras esterlinas por título.

Volkswagen también ha reducido sus proyecciones de ventas para 2024, lo que se refleja en una caída del 2,59% en el valor de sus acciones, que ahora se sitúan en 94,6 euros por título. Este patrón se repite en marcas como Porsche y Volvo Car, que experimentan descensos en sus cotizaciones debido a ajustes en sus previsiones de beneficios y ventas.

La industria automotriz europea enfrenta un panorama desafiante, marcado por problemas de suministro, una disminución en la demanda en mercados clave como América del Norte y China, así como obstáculos en la adopción de vehículos eléctricos en Europa. Ajustar inventarios y cumplir con los estrictos estándares de emisiones de CO2 impuestos por la Unión Europea representa un desafío adicional para estas compañías.

Empresas como Volkswagen y Mercedes-Benz luchan contra la caída de las ventas en China, BMW se ve afectada por costosas retiradas del mercado y Volvo Car enfrenta tarifas más altas en vehículos eléctricos. En este escenario complejo, Stellantis destaca por enfrentar dificultades particularmente agudas en América del Norte, lo que ha generado tensiones internas y presiones sobre su CEO, Carlos Tavares, para encontrar soluciones a corto plazo.