En un duelo esperado que tuvo lugar el pasado domingo, el FC Barcelona se vio superado por el Real Madrid en el Clásico de LaLiga EA Sports, dejando un sabor amargo en la afición culé. Con un marcador final de 2-1, el equipo dirigido por Hansi Flick se mantiene en el segundo puesto de la tabla, cinco puntos por detrás del líder, un rendimiento que palidece si se compara con el sólido inicio de la temporada anterior, donde acumulaban 27 puntos tras las primeras diez jornadas.

El arranque de Flick al mando del Barcelona fue prometedor, con un triplete que incluyó la Liga, la Copa y la Supercopa. Además, logró llevar al club de nuevo a las semifinales de la Liga de Campeones tras seis años de ausencia, aunque la anhelada final se les escapó en el último instante.

A pesar de estas expectativas, el comienzo de la presente temporada ha sido complejo para los blaugranas, quienes no han logrado replicar su éxito previo. Con una derrota a cuestas en la Liga de Campeones ante el PSG en casa (1-2), la presión aumentó al verse a cinco puntos del rival local después de diez jornadas. La dinámica del equipo parece haberse revertido, con victorias que le han costado más de lo habitual, incluida la necesidad de remontar en cinco de sus partidos.

Las nuevas incorporaciones realizadas durante el mercado de verano, como Joan Garcia, Marcus Rashford y Roony Bardghji, prometían elevar la calidad del plantel. Sin embargo, el inesperado traspaso de Iñigo Martínez al Al Nassr ha sido un golpe duro para Flick, quien ha tenido que reorganizar su sistema defensivo, perdiendo a su pilar más confiable en la zaga.

Este cambio ha tenido consecuencias visibles en su rendimiento. En comparación con la temporada anterior, el Barcelona encaja más goles (12 en diez jornadas, cinco más que la campaña pasada) y presenta un descenso en estadísticas defensivas clave. La ausencia de Martínez ha hecho que el equipo conceda un mayor número de oportunidades a sus rivales, mientras que su efectividad en duelos aéreos ha caído notoriamente.

La dinámica de juego del Barcelona también ha sufrido alteraciones. La presión alta y una defensa posicionada adelantada, que fueron salvaguardias del equipo, hoy funcionan con menor eficacia, reduciendo su capacidad para recuperar balones en el campo contrario y disminuyendo su actividad en duelos defensivos.

En la faceta ofensiva, los culés parecen perder fuerza, agravada por las múltiples lesiones de sus delanteros. Lamine Yamal y Robert Lewandowski, entre otros, no han coincidido en el once titular esta temporada, lo que ha mermado la fluidez del ataque. En comparación con la pasada temporada, el recuento de goles ha caído drásticamente, lo cual refleja la dificultad del equipo para crear oportunidades ante defensas bien organizadas.

Lamine Yamal, considerado una de las futuras estrellas del fútbol, no ha podido mantener su racha de la temporada pasada debido a una pubalgia. Aunque comenzó fuerte con goles y asistencias, su impacto ha disminuido desde entonces. La falta de continuidad se ha hecho evidente, y su capacidad para contribuir al juego ha caído drásticamente.

Además, la lista de bajas se ha ampliado, alcanzando ahora a ocho jugadores, entre los que se encuentran nombres clave como Gavi y Pedri. La reciente lesión de este último es especialmente preocupante, ya que constituye el núcleo creativo del equipo, y su ausencia podría desestabilizar aún más el rendimiento grupal en las próximas semanas.