MADRID, 17 Nov. - El ministro de Consumo, Alberto Garzón, se despide de la política y deja su cargo tras una etapa marcada por controversias relacionadas con sus declaraciones sobre la carne y las macrogranjas, así como por sus medidas para limitar la publicidad de los juegos de azar y las apuestas.
"Cerramos esta etapa en la que el Ministerio de Consumo ha llevado a cabo distintas medidas para proteger a las personas consumidoras", manifestó Garzón en una publicación en la red social X. Además de dejar su cargo como ministro, también abandona la coordinación de IU.
Alberto Garzón asumió el cargo de ministro de Consumo en enero de 2020, como parte del Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. Durante estos tres años, ha implementado diversas medidas, como la regulación de la publicidad de los juegos de azar limitándola a la madrugada y la prohibición de que los clubes deportivos exhiban publicidad de empresas de juego en sus equipaciones.
Garzón resaltó una de sus iniciativas, que consistió en proteger a los jóvenes y a los grupos vulnerables de los riesgos del juego de azar. Según él, se logró un cambio de paradigma pionero en Europa al promover entornos más seguros de juego online.
En relación con el tema del juego, Garzón comenzó a trabajar en una ley para regular las "loot boxes" o cajas botín de los videojuegos, dispositivos que tienen un valor económico y cuyo premio aleatorio se puede revender o intercambiar. Sin embargo, la marcha del ministro deja esta normativa pendiente.
En relación con los menores, el Ministerio de Consumo promovió medidas como el 'Código deontológico sobre la publicidad no sexista de juguetes'. Esta iniciativa, firmada por el Ministerio de Consumo, la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y Autocontrol, busca evitar que la publicidad asocie a las niñas con actividades relacionadas con el cuidado, trabajo doméstico o belleza, y a los niños con la acción, la actividad física o la tecnología.
En cuanto a los consumidores, el Ministerio de Consumo ha impulsado medidas como el fin de los números 902 y la gratuidad de los teléfonos de atención al cliente de las empresas que prestan servicios básicos, públicas y privadas. También se ha regulado por ley la figura de la persona consumidora vulnerable, se ha ampliado el plazo de garantía legal de los productos y se ha establecido la obligación para los fabricantes de ofrecer piezas de recambio durante 10 años después de ser descatalogadas.
La gestión de Alberto Garzón ha generado polémica en sectores como el ganadero y el de la industria cárnica. Sus declaraciones en contra de la ganadería intensiva y las macrogranjas, así como su campaña "Menos carne. Más vida", han generado fuertes críticas. Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se pronunció en contra de la campaña, dejando claro su apetito por un buen chuletón.
A pesar de todas estas iniciativas, Garzón reconoce que aún hay mucho por hacer. Entre los desafíos pendientes, destaca la necesidad de regular la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a los niños, mejorar la eficacia del arbitraje de consumo como garantía de los derechos de los consumidores, y crear nuevas leyes para regular los servicios de atención al cliente, las condiciones generales de contratación y las acciones colectivas de representación de los intereses de los consumidores.