El exfutbolista del FC Barcelona, Gerard Piqué, ha acudido hoy a los juzgados de Majadahonda, donde ha reafirmado su postura negando cualquier irregularidad en relación con el contrato que llevó la 'Supercopa' de España a Arabia Saudí. En su declaración ante el juez, Piqué afirmó no haber realizado pagos al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ni a la Federación en el contexto de este acuerdo.

Durante la diligencia, que se extendió por casi dos horas, Piqué defendió su buena fe en la transacción que su empresa, Kosmos, estableció con la empresa pública saudí SELA, asegurando que la cifra de 4 millones de euros anuales, acordada por un periodo de diez años, fue pactada de forma legítima. Dicho contrato ha estado bajo la lupa debido a las múltiples acusaciones que rodean el proceso.

Fuentes presentes en la sala confirmaron que el exdeportista se mostró sereno y confiado, evitando hacer declaraciones a la prensa esperándole a su salida. A pesar del ambiente tensional, su comportamiento fue relajado, lo que sugiere que se siente en control de la situación.

Piqué, respaldado por su equipo legal, presentó el jueves una serie de facturas relacionadas con los servicios prestados a la Federación de Fútbol de Arabia Saudí, que en total suman 12 millones de euros. Estos documentos, junto a pruebas bancarias y correos electrónicos, ilustrarían, según su defensa, la legalidad de sus operaciones que fueron objeto de investigación y que llevaron al bloqueo de su cuenta bancaria el pasado abril.

El ex compañero de Shakira expresó su orgullo por haber logrado, a su juicio, uno de los contratos más beneficiosos para la RFEF. Defendió que no hubo encargo formal de mediación y que cualquier declaración previa que pudiera dar la impresión de lo contrario fue rectificada posteriormente.

El ex presidente de la RFEF también ha dado su versión en el mismo marco legal, asegurando que no recibió compensación alguna de Piqué. Durante su declaración, Piqué remarcó que la relación con SELA fue inicialmente informal, un "pacto de caballeros", que se formalizó posteriormente tras negociaciones que resultaron en una cláusula de protección para su empresa, Kosmos.

El acuerdo que fijó la comisión de 4 millones anuales se rubricó el mismo día en que SELA y la RFEF firmaron el contrato de la Supercopa, lo que, según Piqué, es una práctica común en este tipo de negociaciones.

A lo largo de su intervención, Piqué admitió que hubo dificultades para recibir el pago correspondiente a la comisión, lo que lo llevó a contactar a Rubiales como posible mediador, aunque no pudo confirmar si este tuvo un papel decisivo en la resolución de la situación.

Antes de despedirse de la sala, Piqué, visiblemente conmovido, expresó su sentir respecto a la injusticia que considera representar esta causa, manifestando su dolor ante la atención negativa que ha acaparado. Con una mezcla de determinación y resignación, dejó claro que se siente maltratado por la situación, sugiriendo que en otras circunstancias podría haber sido celebrado con honores. A su salida, mantuvo la compostura y optó por no responder a las preguntas de los periodistas, abandonando el lugar con una sonrisa que contrastaba con la seriedad del momento.