MADRID, 2 de junio (CHANCE) - La reciente celebración de la primera Comunión de su hija Ana ha llevado a Kiko Rivera a compartir un mensaje inesperado y profundamente personal con sus seguidores en redes sociales. Después de manifestar su descontento por la ausencia de su madre, Isabel Pantoja, y su hermana, Isa Pi, en un evento tan significativo para la pequeña, el DJ ha utilizado Instagram para abrirse sobre su estado emocional, revelando que ha alcanzado un punto crítico en su vida.
En sus palabras, Kiko reconoce haber perdido el control, admitiendo sin tapujos que las últimas semanas han sido abrumadoras. “He estado en un torbellino. Cada día trae consigo múltiples exigencias y cambios que me han dejado poco espacio para respirar”. Esta sinceridad lo convierte en un reflejo humano y vulnerable, un recordatorio de que ni siquiera las figuras públicas están inmunes al estrés y la presión.
“Me he dado cuenta de que he estado pisando el acelerador sin permitirme frenar”, comparte. “Essencial también es escuchar mi cuerpo y mi mente, porque, como todos, tengo mis límites. Las exigencias de la dieta, del ejercicio diario, de dejar de fumar y de enfrentarte a nuevas responsabilidades son pesadas, y para alguien que vive intensamente, todo esto puede ser una verdadera bomba de relojería”.
Kiko enfatiza que su publicación no tiene como finalidad buscar compasión. “No quiero que sientan lástima por mí; simplemente necesito sacar esto afuera”, explica. “No estoy aquí para mostrar una cara sonriente cuando por dentro me siento como si todo se estuviera desmoronando”.
El artista aclara que su mensaje no es un adiós ni un llamado a rendirse. “Solo necesito hacer una pausa”, subraya. “Quiero darme el permiso que a menudo otorgamos a los demás: descansar, descomprimir y reiniciar”. Su valentía al admitir que está atravesando un momento complicado es un paso hacia la sanación personal.
“Ayer fue un día emocionalmente difícil. No entraré en detalles, pero sentí cómo algo dentro de mí se quebró un poco”, añade, dejando entrever que la falta de apoyo familiar en un momento crucial podría haber influido en su estado anímico. “Quizás eso tenga que ver con cómo me siento hoy, o quizás simplemente mi mente ya estaba al límite y este fue el empujón final”.
Kiko concluye su mensaje reafirmando la importancia del autocuidado. “Necesito cuidar de mí, pero de verdad”, dice, enfatizando que esto abarca no solo seguir rutinas o hábitos, sino también ofrecerse empatía y comprensión. “Ser disciplinado es esencial, pero también lo es tener piedad por uno mismo”. Agradece a aquellos que lo apoyan y prometió volver más fuerte y equilibrado, reconociendo que ser honesto consigo mismo y con su comunidad es el primer paso hacia la recuperación.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.