
El magnate Elon Musk se enfrenta a una nueva batalla en la junta de accionistas de Tesla, donde se discutirá el millonario sueldo de más de 52 mil millones de euros para el fundador de la compañía. Además, se abordará el traslado de la sede de Delaware a Texas, en un intento por superar los obstáculos legales anteriores.
Enfrentando fallos judiciales que detuvieron el pago de una retribución récord en una empresa estadounidense, Musk busca el respaldo de los accionistas para revalidar estas opciones sobre acciones. El ambiente se vuelve tenso ante la amenaza de que la compañía no reciba la atención necesaria por parte de su fundador, en medio de una competencia feroz en China y la caída de los precios de las acciones.
Con las ventas por debajo de lo esperado y los beneficios afectados por la competencia en el mercado de los coches eléctricos, Tesla busca el respaldo de accionistas clave como Ron Baron de Baron Capital y el Scottish Mortgage Investment Trust de Baillie Gifford, mientras otros como Vanguard, Capital Group y State Street se oponen a la propuesta salarial a Musk.
La presión se intensifica con firmas de asesoramiento de accionistas como Glass Lexis e Institutional Shareholder Services (ISS) recomendando votar en contra de la propuesta salarial actualizada. Incluso el fondo soberano de Noruega se une al rechazo, sumando tensión a la votación en la próxima asamblea.
En medio de esta controversia, la dirección de Tesla ha lanzado una página web para persuadir a los accionistas de respaldar las propuestas y garantizar el futuro de la compañía. Elon Musk se defiende argumentando que la opinión pública lo apoya, pero la incertidumbre persiste sobre el desenlace de esta batalla por su remuneración millonaria.
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