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Las figuras más deepfakeadas en 2024: Donald Trump, Elon Musk y Taylor Swift

Las figuras más deepfakeadas en 2024: Donald Trump, Elon Musk y Taylor Swift

En un año marcado por la proliferación de deepfakes, las figuras públicas más afectadas en 2024 han sido Donald Trump, Elon Musk y Taylor Swift, quienes han sido objeto de manipulación de imagen y voz a través de herramientas de inteligencia artificial. Estas prácticas, que se han extendido en internet y redes sociales, plantean serios riesgos para la democracia.

Los deepfakes consisten en la creación de contenido audiovisual manipulado que simula la voz y la apariencia de personas reales. Gracias a técnicas avanzadas de aprendizaje profundo e inteligencia artificial, estas imágenes falsas parecen completamente reales, lo que las hace cada vez más accesibles a cualquier persona.

La clonación de voz y la sincronización de datos permiten crear deepfakes de manera realista en poco tiempo. La tecnología utilizada toma muestras de voz breves para aplicar las características vocales a un modelo subyacente, mientras la sincronización de labios hace coincidir los movimientos con los sonidos producidos en el archivo de audio.

Estas tecnologías han facilitado la proliferación de deepfakes en internet y redes sociales, volviéndose un contenido frecuente que incluso se viraliza. Personalidades como Donald Trump, Elon Musk y Taylor Swift han sido objeto de múltiples deepfakes, siendo suplantados con mayor frecuencia que otros famosos.

Además de estas figuras públicas, Joe Biden, Tom Cruise, Dwayne Johnson, Will Smith, Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Michael Jordan, Beyoncé y Mark Zuckerberg también han sido víctimas de deepfakes. Aunque muchos de estos vídeos se crean con fines de entretenimiento, como la comedia, su realismo puede generar confusión entre los usuarios.

El uso de deepfakes no solo aumenta el consumo de noticias falsas, sino que también proporciona una herramienta para los ciberdelincuentes que buscan estafar a los usuarios. Por ello, es importante aprender a detectar estos vídeos manipulados, prestando atención a detalles como movimientos corporales antinaturales y voz monótona y menos expresiva.

En definitiva, los deepfakes han llegado para quedarse, por lo que es crucial que tanto los proveedores como los usuarios estén alerta frente a esta tecnología y tomen medidas para garantizar la autenticidad de la información que consumen.