El mercado inmobiliario español ha marcado un nuevo hito: en noviembre de este año, el precio de la vivienda usada se disparó un 16,1% en comparación con el mismo mes del año anterior, alcanzando un promedio de 2.605 euros por metro cuadrado. Este incremento también se ha reflejado en una subida del 2% respecto al mes anterior, de acuerdo con los datos de idealista.

El aumento de precios no se ha limitado a una sola región; todas las comunidades autónomas han experimentado un crecimiento en sus precios anuales. A la cabeza se encuentra la Región de Murcia, que ha visto un impresionante aumento del 22,5%. Le siguen la Comunidad de Madrid con un 21% y Andalucía con un 19,8%. Por otro lado, Extremadura y Navarra reportaron los incrementos más modestos, con cifras del 2,9% y 3,7% respectivamente.

En cuanto a los lugares más caros para vivir, las Islas Baleares continúan liderando la lista con un precio medio de 5.114 euros por metro cuadrado, seguidas de cerca por el País Vasco (3.376 euros), Canarias (3.123 euros) y Cataluña (2.739 euros). En el lado opuesto de la balanza, Extremadura y Castilla-La Mancha se presentan como las opciones más asequibles, con precios que rondan los 1.023 y 1.027 euros respectivamente.

Las Islas Baleares no solo lideran a nivel regional, sino también a nivel provincial, con los 5.114 euros por metro cuadrado; Madrid sigue con 4.491 euros, seguido de Guipúzcoa (4.124 euros) y Málaga (4.024 euros). En contraste, Ciudad Real se queda atrás con un precio promedio de solo 763 euros, lo que la convierte en la provincia más económica del país.

A nivel de capitales, todas las ciudades han visto aumentos en el precio de la vivienda usada en el último año, salvo Huesca, que ha experimentado un leve descenso del 0,1%. León, por otro lado, se destaca con un notable incremento del 20,9% en los precios en el mismo período.

En contraposición, Ceuta presenta el aumento más pequeño, con un modesto 1% interanual, seguida de Girona (1,3%), Las Palmas de Gran Canaria (2,1%) y Cádiz (3,8%). Este panorama refleja la presión que enfrenta el acceso a vivienda en España, subrayando la necesidad urgente de políticas que aborden la situación habitacional en el país.