En una nueva escalada de violencia en la Franja de Gaza, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) ha lanzado una alarma preocupante: más de un millón de palestinos han debido abandonar sus hogares en tan solo 20 días debido a los brutales ataques perpetrados por las fuerzas israelíes.

Los bombardeos de Israel, tanto desde tierra como desde el aire y el mar, han causado estragos en gran parte de Gaza, provocando víctimas civiles, desplazamientos masivos y la destrucción de viviendas e infraestructuras. Las incursiones terrestres y los enfrentamientos continúan en distintas zonas, como Yabalia, Nuseirat, Deir al Balá, así como en el este y centro de Rafá, según ha informado la OCHA en un comunicado.

En medio de esta crisis humanitaria, se estima que entre el 6 y el 26 de mayo casi un millón de personas han tenido que huir de sus hogares en Rafá, mientras que otras 100.000 lo han hecho en el norte de Gaza. La OCHA también ha denunciado un aumento de los ataques, a pesar de las órdenes de evacuación en algunas zonas.

Los datos más recientes revelan que entre el 23 y el 27 de mayo se registraron 250 palestinos fallecidos y al menos 829 heridos, de los cuales 66 perdieron la vida en las últimas 24 horas. Desde el inicio de los ataques el pasado 7 de octubre, el número de muertos asciende a 36.050, de acuerdo con las autoridades sanitarias de Gaza.

La situación se agrava aún más debido al bloqueo impuesto por Israel en las fronteras de Gaza, lo que ha impedido el acceso de suministros médicos a los centros de salud durante 12 días. Esto ha generado una escasez de antibióticos para los menores y de medicamentos para personas con epilepsia, denunció la OCHA.

En este contexto crítico, la OCHA ha advertido que cerca del 5 por ciento de la población de Gaza ha muerto, resultado herida o se encuentra desaparecida. Además, más de 3.000 mujeres han quedado viudas, 10.000 niños se han quedado sin padres y 17.000 menores están separados de sus familias o sin acompañante, lo que ha dejado a más de un millón de personas sin hogar en medio de la violencia despiadada que azota la región.