
En un acto de firmeza diplomática, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha refutado categóricamente la propuesta del mandatario estadounidense, Donald Trump, para "recuperar" el canal interoceánico panameño. Mulino declaró que este plan es "imposible" sin incurrir en violaciones del Derecho Internacional, reafirmando que la infraestructura es patrimonio panameño y no una concesión ni un regalo de Estados Unidos.
"El canal pertenece a Panamá y continuará siendo de Panamá", subrayó Mulino, durante su intervención en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos, Suiza. En esta ocasión, también subrayó su oposición "total" a los comentarios de Trump, quien, a pesar de su condición de "aliado y amigo", representa un nuevo desafío en las relaciones diplomáticas entre ambos países.
El presidente panameño enfatizó que la soberanía sobre el canal está respaldada por un conjunto de tratados históricos, y recordó que Estados Unidos sigue siendo el mayor usuario de esta infraestructura, en contradicción con las afirmaciones de Trump sobre un supuesto control de facto por parte de China.
Mulino resaltó que Panamá es un país democrático que respeta el orden internacional y cumple con las normas del Derecho Internacional, tanto por mandato constitucional como por convicción. "Es inconcebible que alguien crea que puede ignorar olímpicamente las leyes para llevar a cabo lo que, en términos jurídicos, es completamente inviable", aseguró el mandatario.
A pesar de esta "crisis", Mulino expresó su esperanza de que surjan "oportunidades" para solidificar la cooperación con Estados Unidos en otras áreas, particularmente en temas migratorios. Desde su llegada al poder, ha implementado medidas para reducir el flujo de migrantes a través del Tapón del Darién, informando sobre una disminución del 42% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
En lo que va de 2025, según Mulino, han cruzado desde Colombia alrededor de 1,300 migrantes, una cifra que contrasta drásticamente con las cerca de 24,000 personas que se habían registrado en el mismo periodo del año pasado, que se traducía en un promedio diario de entre 1,100 y 1,200 migrantes. Sin embargo, el presidente advirtió que la situación sigue siendo "inmensa", aclarando que muchos de estos migrantes tienen la intención de continuar su viaje y no establecerse en Centroamérica.
"Estos temas son de interés para Estados Unidos. He sostenido en numerosas ocasiones que la frontera sur de Estados Unidos comienza en Panamá, no en México", añadió Mulino, reafirmando la relevancia geográfica y política de su país en el contexto migratorio global.
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