En una reciente intervención, la icónica Nadia Comaneci, tanto un ícono de la gimnasia como una figura emblemática en la lucha por la igualdad en el deporte, subrayó la importancia del esfuerzo continuo para mantener el éxito. Durante un evento que precede a los prestigiosos Premios Laureus en Madrid, reflexionó sobre su impacto en el ámbito deportivo y su experiencia como pionera cuando irrumpió en la élite a la temprana edad de 14 años.
Comaneci, famosa por ser la primera gimnasta en obtener un puntaje perfecto de 10 durante los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976, enfatizó que, tras alcanzar la cúspide, el verdadero desafío radica en mantener ese nivel. "Al llegar a la cima, el camino es hacia abajo y requiere un esfuerzo aún mayor", afirmó, poniendo de manifiesto la ardua realidad que enfrentan los atletas de élite.
En su reflexión sobre cómo las redes sociales podrían haber afectado su carrera, Comaneci admitió que le resulta difícil imaginar cómo hubiera sido su vida como atleta en una era donde cada movimiento es analizado al instante. "En mis tiempos no había comentarios instantáneos sobre nuestras actuaciones como ahora. Después de Montreal, enfrenté críticas a pesar de haber logrado medallas significativas", recordó, lamentando el boicot a los Juegos de Moscú 1980 y la falta de visibilidad de esa competición.
La exgimnasta también compartió su perspectiva sobre los altibajos del deporte, asegurando a la nueva generación de atletas que el fracaso es parte del camino hacia el éxito. "Es natural caer, y si mantienen su pasión, lo lograrán", dijo, destacando la resiliencia necesaria para enfrentar los desafíos en el deporte.
Rememorando su participación en los Juegos de 1976, Comaneci destacó que la visibilidad de Rumanía en ese entonces era casi inexistente y que las oportunidades para las mujeres eran escasas. "Cincuenta años después, celebramos un evento como el 50-50 en París, y reconocer el impacto que tuve siendo tan joven es algo que valoro a medida que pasa el tiempo", comentó, reflexionando sobre cómo su logro ayudó a abrir puertas para futuras generaciones de mujeres atletas.
Siempre comprometida con el avance del deporte, Comaneci es parte de la Academia Laureus y desempeña un papel clave en la selección de los ganadores de los Premios. Reconoció lo complicado que es votar entre tantas leyendas deportivas, y expresó su admiración por jóvenes talentos como la gimnasta brasileña Rebeca Andrade, quien ha superado lesiones significativas para seguir brillando en su disciplina. "Desde que vi a Andrade a los diez años, supe que llegaría lejos. Su perseverancia es una gran inspiración para las niñas", concluyó, reafirmando su compromiso con el fortalecimiento del deporte femenino.
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