Nueve menores víctimas de violencia vicaria en lo que va del año, tras el trágico caso del niño de Jaén.

En un trágico suceso que ha conmocionado a la sociedad española, el Ministerio de Igualdad ha confirmado que este año se han registrado nueve casos de menores asesinados por violencia vicaria, tras la devastadora noticia del asesinato de un niño de apenas dos años en Linares, en la provincia de Jaén. Este caso, que se dio a conocer el viernes 29 de noviembre, plantea serias preguntas sobre la protección de los más vulnerables en nuestra sociedad.
El niño fue presuntamente asesinado el pasado jueves 28 de noviembre por la pareja de su madre, de acuerdo con la información proporcionada por el ministerio dirigido por Ana Redondo. En un giro inquietante, las autoridades subrayaron que no existían denuncias previas de violencia de género en contra del supuesto agresor, lo que resalta la complejidad y el silencio que a menudo rodean estas dinámicas destructivas.
Con esta lamentable confirmación, el 2024 se perfila como un año sombrío, al igual que 2015, al registrar el mayor número de menores asesinados por violencia vicaria desde que se empezaron a compilar estos datos en 2013. En total, se acumulan 62 niños que han perdido la vida de esta manera desde entonces, un recordatorio escalofriante de la gravedad de esta problemática que afecta a la infancia en nuestro país.
En el mismo trágico evento, el hermano mellizo del niño fallecido también resultó herido. Ambos celebraron su segundo cumpleaños el miércoles anterior al incidente. El pequeño herido fue trasladado de inmediato al Hospital San Agustín en Linares, donde se encuentra bajo observación, aunque las autoridades han indicado que su vida no corre peligro en este momento.
Los hechos se hicieron públicos alrededor de las 14:30 horas, cuando se recibió una alerta en el servicio de emergencias 061 informando sobre un menor que aparentemente había sufrido una muerte violenta en un domicilio ubicado en la calle Áurea Galindo, número 58. Los vecinos del edificio, alarmados por lo que sucedía, fueron los primeros en dar la voz de alarma.
Cuando los equipos de emergencia llegaron al lugar, ya habían agentes de la Policía Nacional intentando reanimar al pequeño. A pesar de los esfuerzos desplegados por los servicios médicos, que incluyeron media hora de maniobras para revertir la situación, lamentablemente se confirmó el fallecimiento del niño. Este fatídico suceso pone de relieve la necesidad urgente de abordar la violencia de género y sus devastadoras consecuencias en la vida de los más inocentes.
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