Renfe se prepara para un cambio significativo en su flota de trenes, según las declaraciones del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Durante una reciente sesión en el Congreso de los Diputados, Puente advirtió que la red ferroviaria enfrentará diversos retos en los próximos dos años, en gran medida debido a la introducción de nuevos trenes que, si bien prometen modernidad, podrían generar inconvenientes. Este periodo de transición coincidirá con la coexistencia de viejos trenes, que han quedado obsoletos, lo que podría complicar la operación en las líneas.

El ministro destacó la urgencia de renovar la flota de trenes tras un prolongado estancamiento, en el que no se habían incorporado nuevos trenes de larga distancia en 15 años, y 17 para los trenes de cercanías. La llegada del nuevo tren Avril de Talgo ha evidenciado algunos problemas, lo que ha llevado a la súbita retirada de estos de la red comercial por razones de seguridad tras detectar fisuras en sus bogies.

Puente subrayó la necesidad de ser cauteloso en el despliegue de los nuevos modelos, reconociendo que estos pueden sufrir de lo que él llama el "pecado de juventud". Al mismo tiempo, los trenes más antiguos podrían seguir generando problemas debido a su creciente desgaste. “La experiencia con el Avril nos ha mostrado que no todo es sencillo. En los próximos años, deberemos lidiar tanto con los desafíos de los trenes recién llegados como con las limitaciones de los que están a punto de jubilarse”, reflexionó el ministro.

Con un total de 500 nuevos trenes ya encargados el año pasado, se anticipa que los primeros de cercanías estarán disponibles a comienzos del próximo año, con un prometedor plan de entrega de aproximadamente dos unidades semanales. Sin embargo, Puente enfatizó la necesidad de seguir expandiendo la flota de Renfe, indicando que ya está en conversaciones con diversos fabricantes, destacando su reciente visita a Siemens en Alemania, con miras a realizar un nuevo y ambicioso pedido.