El hijo de la Infanta Cristina nos ha dejado ver su lado más desconocido al final de su último partido con el BM Fraikin Granollers, donde contó con el apoyo de los padres y las hermanas de Johanna Zott -que está de Erasmus en Alemania- en la grada. Cercano con sus seguidores, especialmente con unos niños pequeños, Pablo sostuvo una pancarta con el resto de sus compañeros posicionándose contra la lacra del maltrato

En una muestra más de su creciente popularidad, Pablo Urdangarín sigue sorprendiéndonos tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. El pasado 25 de noviembre, en otro partido con su equipo, el BM Fraikin Granollers, el joven jugador mostró una vez más su talento y habilidades en la Liga Asobal. Pero más allá de sus destrezas deportivas, lo que nos ha llamado la atención es su personalidad fuera del campo, algo que vamos descubriendo poco a poco.

Pero no solo es su desempeño en el balonmano lo que ha capturado nuestra atención, sino también su vida personal. Pablo cuenta con el apoyo incondicional de su familia, especialmente de la familia de su novia Johanna Zott, a quienes considera también como su propia familia. Con su pareja en Alemania por motivos de estudio, Pablo ha encontrado en los padres y hermanas de Johanna un fuerte apoyo en cada uno de sus partidos, convirtiéndose en sus mayores fans y animándolo desde las gradas.

Además de su relación familiar, Pablo también nos ha conquistado con su actitud cercana y cariñosa, especialmente hacia los más pequeños. En su último partido, el joven pasó varios minutos conversando con sus jóvenes seguidores, firmando autógrafos y tratándolos con gentileza y una gran sonrisa, todo ello en compañía de sus compañeros de equipo.

Pero lo más destacado de todo fue la postura de Pablo contra la violencia de género. En el partido, el jugador sostuvo una gran pancarta que decía "frenemos la violencia de género. Asobal, una lucha conjunta", dejando claro su compromiso y apoyo a esta causa tan relevante y delicada en nuestra sociedad.