Madrid, 25 de septiembre. En un reciente giro de los acontecimientos, la conocida modelo y presentadora Paloma Lago ha vuelto a estar en el centro de la atención mediática tras un tiempo alejada del foco. Su última aparición, que tuvo lugar esta semana en el aeropuerto de Barcelona, ha causado un revuelo inesperado entre los reporteros.

Paloma, quien este verano sufrió un accidente doméstico que la llevó a compartir una imagen con el antebrazo vendado, ha estado viviendo momentos complicados. El incidente la obligó a tomarse un tiempo para recuperarse, tanto física como mentalmente, mientras lidiaba con una serie de desafíos personales, incluida la demanda que presentó contra Alfonso Villares por presunta agresión sexual.

En su reciente aparición pública, la modelo mostró una actitud notablemente diferente. Lejos de la imagen que solía proyectar con confianza y despreocupación, Paloma se mostró incómoda e intentó esquivar las preguntas de los periodistas, lo que despertó la curiosidad de todos los presentes. A pesar de las diversas indagaciones sobre su situación actual y su proceso judicial, decidió no hacer declaraciones.

Con una evidente prisa y visiblemente afectada, Paloma se abrió paso hacia un taxi, tratando de mantener la distancia de las cámaras que la seguían de cerca. Esta situación refleja no solo el impacto de su reciente denuncia, sino también el desgaste emocional que puede acarrear una batalla legal de esta magnitud. La modelo continúa buscando refugio en su entorno cercano, alejándose de un mundo mediático que ha sido complejo para ella en los últimos meses.