Paloma Sánchez-Garnica explora Berlín con su trilogía literaria y advierte sobre la creciente confrontación actual.

La escritora Paloma Sánchez Garnica, galardonada recientemente con el prestigioso Premio Planeta, ha realizado una emotiva visita a Berlín, escenario de sus más recientes obras literarias. Estas novelas, que abarcan momentos cruciales del siglo XX, permiten establecer paralelismos con la realidad actual. "Nos encontramos en una era de gran peligrosidad y confrontación", advirtió la autora durante su encuentro con los medios en la capital alemana.
Desde su aclamada novela 'La sospecha de Sofía', lanzada en 2019 y que cuenta con 19 ediciones, hasta 'Últimos días en Berlín', finalista del Planeta 2021 con 17 ediciones, y su más reciente 'Victoria', ganadora del Premio Planeta 2024, sus historias, aunque publicadas de manera independiente, han sido reconfiguradas en una trilogía que abarca desde 1933 hasta 1964. Cada libro, aunque con narrativas autoconclusivas, refleja un periodo histórico específico y relevante, uniendo el pasado con el presente.
En su reflexión, Sánchez Garnica destacó la repetición cíclica de la historia, señalando que la humanidad a menudo no aprende de sus errores: "El fascismo puede cambiar de apariencia, pero su esencia permanece. Hoy, ante líderes imprevisibles como Trump o Putin, nos enfrentamos a una encrucijada de difícil manejo", comentó, expresando su preocupación por el futuro del mundo.
Aunque no se considera analista política, la autora se identifica como humanista y propugna por la capacidad transformadora del ser humano en sistemas democráticos. Lamentó que la voz pública esté dominada por aquellos que buscan el espectáculo y no el sentido crítico. En referencia a conflictos como los de Ucrania y Gaza, remarcó que la gente tiende a desestimar lo que no les afecta directamente. Sin embargo, se mostró optimista sobre el poder de la lectura como herramienta para fomentar la empatía y el entendimiento.
La escritora advirtió sobre la complacencia de la sociedad actual, alertando que la fragilidad de la memoria colectiva podría llevar a repetir los errores del pasado. "La escritura se convierte en un acto de resistencia y de comprensión del mundo", afirmó con contundencia, haciendo un llamado a la ciudadanía para que ejerza su responsabilidad crítica en la era de la sobreinformación y la manipulación mediática.
Con mirada introspectiva, Sánchez Garnica rechazó la idea de escribir novelas que reflejen la actualidad de manera inmediata, ya que considera que eso compromete la objetividad de su obra. Actualmente se encuentra inmersa en la creación de su décima novela, apartándose de Berlín, aunque dejó entrever que la historia puede repetirse bajo nuevos contextos. "Los elementos son diferentes, pero las consecuencias suelen ser las mismas", aseguró.
A pesar de explorar nuevas narrativas, Berlín ha sido fundamental en su carrera literaria, ofreciendo un rico trasfondo que desafía la memoria histórica. La ciudad, marcada por la devastación de la Segunda Guerra Mundial y la división de sus habitantes a través del muro, se convierte en un símbolo poderoso de la lucha por la libertad. "Ese muro separó vidas y creó historias que nunca deben ser olvidadas", enfatizó, recordando su propia experiencia en la ciudad poco antes de la caída del muro en 1989.
Sánchez Garnica reflexionó sobre cómo esa separación impactó a las familias y amigos, comparando con la idea de construir muros en sociedades contemporáneas y destacando la importancia de la búsqueda de paz, aunque implique sacrificar conexiones personales. "La historia nos enseña y es un deber como escritores tratar de comprenderla", afirmó con convicción.
Respecto a la adaptación cinematográfica de 'La sospecha de Sofía', que se estrenará próximamente, manifestó que escribir una novela y hacer una película son procesos muy distintos, aunque confía que el mensaje de su obra sea respetado. "Cuando cedo los derechos, lo único que exijo es que el final se mantenga intacto", explicó.
- Sostuvo también un enfoque crítico hacia la inteligencia artificial en el ámbito cultural, indicando que, aunque esta tecnología está en sus primeras etapas, carece de la esencia que un autor humano aporta a sus creaciones, afirmando que "nunca podrá igualar la poesía escrita con alma".
Finalmente, la autora descartó la posibilidad de revivir a los personajes de su trilogía berlinesa, señalando que cada cierre de novela implica un adiós total a esos seres ficticios y sus historias. "Cuando termino un libro, los personajes desaparecen, y su memoria se desvanece", concluyó, reafirmando su compromiso con la creación original y significativa.
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