En una reciente declaración, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha expresado sus preocupaciones respecto a la reciente resolución del Consejo de Seguridad sobre el Sáhara Occidental, subrayando la percepción de que el proceso fue manejado con una notable falta de transparencia y una premura poco justificada. Este pronunciamiento se produce tras la aprobación, el pasado viernes, de un plan que otorga a Marruecos un papel central en la solución del prolongado conflicto en la antigua colonia española.

El país euroasiático, junto a China y Pakistán, decidió abstenerse en la votación de la Resolución 2797, argumentando que la falta de claridad en las negociaciones y la aceleración del proceso limitaron la consideración de diversas enmiendas que podrían haber dado lugar a un enfoque más inclusivo. Esta postura fue comunicada a través de un comunicado oficial emitido por el Ministerio ruso.

La resolución, que tuvo su origen en una propuesta de Estados Unidos, también contempla la prolongación por un año del mandato de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), una medida que Moscú ha calificado como esencial para asegurar la estabilidad en la región del Sáhara-Sahel.

Rusia enfatiza la necesidad de alcanzar un acuerdo que sea aceptablemente consensuado por todas las partes involucradas, reafirmando su apoyo al derecho a la autodeterminación del pueblo del África occidental. El país también ha manifestado su respaldo a los esfuerzos del enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, en la búsqueda de una solución duradera y justa para este antiguo conflicto.

El Sáhara Occidental, que se encontraba bajo control español hasta 1975, ha sido un escenario de tensiones significativas desde que Marruecos procedió a su ocupación, enfrentándose al Frente Polisario en un conflicto que se extendió hasta 1991, año en que se firmó un alto el fuego dirigido a la realización de un referéndum sobre la autodeterminación. Sin embargo, las diferencias sobre los detalles logísticos, incluyendo la composición del censo electoral, han bloqueado la celebración de dicho referéndum.

Recientemente, el Polisario ha reaccionado con indignación al recibir el apoyo de los gobiernos de España y Francia al plan de autonomía marroquí, considerando este cambio de alineación como una traición. Es importante recordar que España, aunque haya cambiado su enfoque, sigue siendo reconocida legalmente como la potencia administradora del territorio. Además, el respaldo de Estados Unidos al plan de Marruecos se consolida desde 2020, cuando el entonces presidente Donald Trump reconoció formalmente la soberanía marroquí sobre la zona disputada.