
En un contexto marcado por la situación crítica de los migrantes en las fronteras de Europa, Save the Children ha denunciado la presencia de "fallos estructurales" que afectan la correcta identificación de menores migrantes en las Islas Canarias. La organización no gubernamental señala que la cifra real de la migración infantil está subestimada.
El informe “Cruzando fronteras”, presentado por Save the Children justo antes del Día Mundial de las Personas Refugiadas, documenta las deficiencias en la identificación y acogida de niños y adolescentes en la Unión Europea, mientras los gobiernos intensifican sus medidas de control migratorio en espera de la implementación del nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, previsto para 2026.
La investigación se fundamenta en entrevistas con 33 menores de varios países europeos como España, Finlandia, Grecia, Italia y Polonia, así como en conversaciones con profesionales del ámbito y análisis de literatura especializada. El estudio revela una consistente "cadena de abusos" a lo largo de la frontera europea.
Entre los hallazgos, se destaca la detención indiscriminada y prolongada de menores en instalaciones que no son adecuadas para su atención, los errores en la identificación de la edad y la falta de especialistas en infancia en momentos críticos durante las primeras 24 horas de su llegada.
Además, la ONG ha señalado que los dispositivos provisionales que se establecieron como respuesta a crisis específicas se han transformado en soluciones permanentes. "La violencia que enfrentan estos menores en su travesía, así como en los puntos de entrada, incluye devoluciones forzadas y agresiones", afirmaron.
La reciente tragedia del hundimiento de un cayuco en El Hierro, que resultó en la muerte de varias mujeres y niñas, pone de manifiesto el costo humano de la migración en España y el impacto devastador en la infancia, según datos que revelan que 61.323 personas llegaron por mar a España en 2024, según el Ministerio del Interior.
Save the Children reporta que, de estas llegadas, el 76% se dio por la ruta atlántica hacia Canarias, donde al menos un 10% eran niños y niñas, muchos de los cuales no fueron reconocidos como tales. "La magnitud real de la migración infantil continúa pasando desapercibida", aseguran desde la organización.
La falta de profesionales encargados de la protección infantil durante las primeras 72 horas tras la llegada de estos menores provoca que muchos de ellos sean ignorados y no reciban el apoyo necesario ni se les derive al sistema de protección. "Un simple error en la clasificación puede privar a un menor de derechos fundamentales como la tutela y la atención sanitaria", enfatizan.
En Canarias, los recursos de emergencia establecidos en 2021 siguen colapsados, con más de 5.000 menores bajo custodia. "Los traslados a la península son extremadamente lentos, lo que alarga la estancia de los niños en condiciones inapropiadas", advierten.
El testimonio de Momo, un niño marroquí de 13 años, ilustra claramente la fragilidad de estos menores: al llegar, fue registrado erróneamente como si tuviera 16 años. Save the Children resalta que Momo llegó a España con graves problemas de salud y que su caso evidencia cómo los protocolos de protección pueden fallar de manera devastadora.
Entre las niñas y jóvenes, los riesgos son aún más elevados; aquellas que viajan solas enfrentan una mayor exposición a la violencia y la explotación sexual. Luchadores, un nombre ficticio de una joven que cruzó el Atlántico, recuerda con horror las circunstancias de su travesía, donde la vida y la muerte pendían de un hilo en el mar.
Aunque el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo no se implementará hasta dentro de un año, Save the Children advierte que ya se están adoptando medidas que afectan los derechos humanos. "El resultado es una serie de políticas que priorizan el control sobre la protección, dejando a miles de niños sin las garantías fundamentales que les corresponden", subraya la ONG.
La organización propone la creación de protocolos específicos para la identificación y atención de menores vulnerables en su llegada, con equipos capacitados y un enfoque centrado en la protección infantil. Además, aboga por alternativas a la detención de menores y llama a acelerar los traslados a la península para evitar que las regiones carguen solas con el desafío migratorio.
Estas propuestas forman parte de un llamado a la Unión Europea para que el nuevo Pacto integre plenamente los derechos de los niños, señalando la necesidad de evaluaciones de edad, formación para agentes fronterizos en temas sensibles y garantizando que ningún menor sea privado de libertad o despojado de su derecho a la protección.
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