En el marco de la investigación llevada a cabo en el Senado sobre el denominado 'caso Koldo', Sergio Bote, un controlador financiero vinculado a Tragsatec, ha hecho revelaciones impactantes respecto a la situación laboral de Jésica Rodríguez, la expareja del exministro José Luis Ábalos. En su declaración, Bote ha indicado que Rodríguez no registró su horario de trabajo mientras estuvo contratada, y ha mencionado un correo que recibió desde Adif indicando que debía cesar de recordarle su obligación de fichar, ya que esto le estaba causando molestias.

Durante su comparecencia, Bote explicó que Jésica no completó el registro de actividad correspondiente a los meses de marzo y abril de 2021, periodo en el que ingresó en la empresa pública. A pesar de esto, el controlador envió dos recordatorios por correo electrónico a Rodríguez para que cumpliera con la obligación de presentar sus partes horarios, una exigencia que sí comenzó a ejecutar a partir de mayo.

A pesar de que la situación se corrigió en cuanto a la presentación de partes, Bote fue claro en su testimonio: "El fichaje diario nunca se realizó". Además, informó a sus superiores sobre el incumplimiento y subrayó que había advertido a Jésica sobre la obligatoriedad de este procedimiento.

Cuando se le preguntó acerca de un correo en el que se mencionaba que había un “tal Sergio Bote molestando a Jésica” y que se le debía advertir que cesara, Bote relató que recibió dicho mensaje a mediados de mayo, justo después de sus recordatorios a la expareja de Ábalos. “Mi gerente me lo reenvió, así que al día siguiente me presenté en su oficina para expresar mi incomprensión”, relató Bote, quien se mostró sorprendido por la reacción a sus intentos de gestión.

Al ser cuestionado sobre la posible autoría del correo, que se sospecha provenía de Ignacio Zaldívar, exdirector de gestión en Adif, Bote manifestó que cree que el mensaje sí era de Adif, aunque no podía confirmar su fuente exacta. “Asumo que debe salir del cliente, aunque no tengo certeza de quién lo envió”, añadió.

Bote enfatizó que su interacción con Jésica se limitó a los correos mencionados y que desconocía su identidad. "No tenía ni la más remota idea de quién era", aclaró. En cuanto a los procedimientos de control, se defendió afirmando que "no fallaron", aunque reconoció que las advertencias no fueron atendidas, sin poder explicar las razones de esta omisión.

Al final de su declaración, Bote manifestó su asombro y preocupación ante la situación, compartiendo el sentimiento de desconcierto que impera entre los trabajadores de la empresa. "No entendemos cómo pudo suceder algo así", afirmó, alineándose con la postura del presidente de Tragsa, Jesús Casas, quien consideró "inaceptable" que Rodríguez no cumpliera con su deber laboral.