En la noche del martes, el Ejército de Israel llevó a cabo una serie de operaciones en Cisjordania, resultando en la muerte de al menos tres palestinos. Estas operaciones se han intensificado desde la incursión del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) el pasado 7 de octubre.

Según el Ministerio de Salud palestino de Cisjordania, Yusef Jalal Mahmud Takatga, de 18 años, recibió un disparo en la cabeza en Beit Fajar, en la Gobernación de Belén.

Poco después, en Beit Anan, al noroeste de Jerusalén, Musab Mujahid Kamel al Matari, de 19 años, también fue tiroteado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), muriendo tras ser trasladado al hospital, según informó la agencia de noticias palestina Wafa.

Otra víctima, Saad Nimr al Faruj, de 24 años, perdió la vida en el pueblo de Sair, al norte de Hebrón, después de enfrentamientos con el Ejército israelí durante una incursión.

Además, las autoridades palestinas informaron de la muerte en prisión de Majed Ahmed Zaqoul, de 32 años. Zaqoul fue arrestado por las FDI durante una incursión en Cisjordania después de la incursión de Hamás, según confirmaron la Autoridad de Asuntos de Prisioneros y el Club de Prisioneros Palestinos citados por Wafa.

Por otro lado, se reportaron nuevos ataques de colonos protegidos por tropas israelíes contra ciudadanos palestinos en los pueblos de Al Rakiz y Al Mufaqara, al sur de Hebrón. Durante estos ataques, los colonos han saboteado pozos de agua, una caravana utilizada como vivienda y han destruido otras propiedades, como vehículos y paneles solares.

Según las autoridades palestinas, desde el 7 de octubre, fecha en la que Hamás llevó a cabo una serie de ataques contra Israel, las fuerzas israelíes y los colonos han provocado la muerte de 155 palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este. Estos ataques han generado una escalada de violencia que ha dejado cerca de 1.400 muertos y más de 240 secuestrados por parte de Israel.

A raíz de estos ataques, Israel inició una ofensiva militar en la Franja de Gaza, que hasta ahora ha resultado en la muerte de más de 10.000 palestinos, incluidos 4.800 niños. Además, se estima que hay al menos 2.260 personas desaparecidas bajo los escombros. Ante el riesgo de una mayor expansión del conflicto, varios países de la región han pedido un alto el fuego.