En una reciente declaración desde el Air Force One, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló sus planes de implementar nuevos aranceles sobre el acero y los semiconductores en un plazo cercano. Este anuncio, que podría tener un impacto significativo en el comercio internacional, fue realizado justo antes de su charla programada con el líder ruso, Vladimir Putin.

Trump ha señalado que las empresas que no se comprometan a llevar a cabo su producción en territorio estadounidense enfrentarse a tarifas exorbitantes, que podrían alcanzar hasta un 300% en ciertos casos. Este enfoque, aunque en línea con su agenda económica nacionalista, ha generado confusión, ya que en junio estableció ya aranceles del 50% sobre materiales similares.

En sus comentarios, el presidente subrayó su intención de comenzar con aranceles more bajos para dar a las empresas la oportunidad de establecerse en el país, sugiriendo que este es un esfuerzo por revitalizar la manufactura local. "Al principio, la tarifa será más baja, pero esto cambiará con el tiempo", declaró, sugiriendo que esta estrategia incentivará a más empresas a trasladar su producción a Estados Unidos.

Además, Trump afirmó que su país es el más atractivo para los negocios a nivel global, destacando el reciente crecimiento récord en el mercado bursátil como un indicativo de esta prosperidad. "Hace un año estábamos luchando, pero hoy tenemos la economía más dinámica del mundo", indicó, mostrando su optimismo respecto a las perspectivas económicas estadounidenses.