En un giro significativo de los acontecimientos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su retórica hacia el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) con una declaración categórica publicada hoy. En un mensaje a través de su plataforma Truth Social, Trump hizo un llamado urgente a las milicias palestinas para que acepten sus condiciones y pongan fin al conflicto, así como para que liberen a los rehenes israelíes capturados en la Franja de Gaza.

Trump, en su mensaje, subrayó que “los israelíes ya han accedido a mis términos” y exigió que Hamás haga lo mismo, advirtiendo que este sería su “último aviso” y que “no habrá una segunda oportunidad” si no se cumplen sus demandas. Su tono firme revela una postura que busca presionar a las partes involucradas hacia una resolución rápida del conflicto.

El mandatario también enfatizó la necesidad imperiosa de restablecer la paz, mencionando que “todos quieren que los rehenes regresen a casa” y expresando un deseo compartido globalmente de dar por finalizada la contienda actual.

A pesar de la presión de Trump, Hamás ha mostrado disposición a aceptar una propuesta de mediación impulsada por Qatar y Egipto. Sin embargo, el gobierno israelí ha mantenido silencio en respuesta a dicha iniciativa, al tiempo que ha anunciado el lanzamiento de una ofensiva terrestre en Gaza, en busca de avanzar en sus objetivos militares y desmantelar la presencia de las milicias palestinas, donde se presume que algunos de los 48 rehenes todavía están localizados.

Las críticas no se han hecho esperar, especialmente desde las autoridades qataríes y egipcias, quienes han cuestionado a Israel por su falta de respuesta ante la propuesta de alto el fuego, que se considera esencial para detener un conflicto que comenzó el 7 de octubre de 2023 y que ha dejado más de 1.200 víctimas fatales.

La respuesta militar israelí, caracterizada por su brutalidad, ha llevado a un saldo trágico de 64.455 muertes, en medio de crecientes preocupaciones sobre el impacto humanitario en Gaza. La situación se agrava con la severa restricción en la entrega de asistencia humanitaria, que ha desencadenado una crisis de hambruna alarmante entre la población civil del enclave.