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Un 71% de mujeres en España perciben que la brecha salarial de género persiste, según un estudio.

Un 71% de mujeres en España perciben que la brecha salarial de género persiste, según un estudio.

En Madrid, el 28 de noviembre, se han revelado datos alarmantes sobre la desigualdad salarial y las condiciones laborales que enfrentan las mujeres en España. Un estudio reciente muestra que el 70% de las mujeres españolas tienen la sensación de que reciben un salario inferior al de sus colegas masculinos por realizar el mismo trabajo. Este sentimiento se acentúa en el grupo de mujeres mayores de 45 años, donde el porcentaje alcanza un 75,2%.

Además, el informe pone de manifiesto otras situaciones preocupantes: una de cada tres mujeres de entre 35 y 44 años ha indicado haber experimentado gritos o desprecios por parte de sus superiores y compañeros. Por otro lado, las cifras de acoso laboral y sexual tampoco se quedan atrás, siendo el 14% de las encuestadas víctimas de acoso en el entorno laboral y un 8% reportando haber sufrido acoso sexual.

Estas conclusiones forman parte del informe titulado 'Mujeres e Incertidumbre', elaborado por el Observatorio Vividoras, una valiosa iniciativa impulsada por Pelayo Vida cuyo objetivo es identificar y analizar las principales preocupaciones y obstáculos que enfrentan las mujeres adultas en el territorio español.

El estudio también señala que un 24% de las madres con hijos menores de edad no solo perciben un salario inferior al de sus compañeros hombres, sino que además sienten que su desarrollo profesional ha sido obstaculizado debido a su condición de madre. Este punto subraya la necesidad de considerar políticas laborables más inclusivas que fomenten la igualdad de oportunidades.

En cuanto a lo que valoran las mujeres del ámbito laboral, los resultados muestran que un 49,5% prioriza un buen ambiente laboral, seguido de la percepción de un salario justo, que ocupa el 48,7%, y la estabilidad en el empleo, con un 36%. Por el contrario, los hombres parecen dar mayor peso a la retribución económica, con un 51% considerando esto como su principal preocupación. Para las madres con hijos menores, la flexibilidad en el trabajo para poder conciliar su vida personal y profesional parece ser un aspecto aún más crucial que el salario.

En términos de situación financiera, las mujeres en España se muestran más pesimistas que sus contrapartes masculinas. Solo el 49% de ellas califica su situación económica como excelente o buena, en comparación con el 54% de los hombres. Esta percepción se agrava aún más en aquellas mujeres que dependen exclusivamente de sus ingresos, lo que revela una alarmante brecha en la seguridad económica.

El estudio también aborda la preocupación de las mujeres por su estabilidad financiera a largo plazo, destacando que la preparación económica para el futuro comienza a los 35 años y es influenciada por el nivel de formación. Sin embargo, un sorprendente 84% de las mujeres afirma no tener un plan de ahorro para la jubilación, y un 70% no cuenta con ahorros para enfrentar imprevistos o realizar inversiones.

Entre las principales inquietudes financieras de las mujeres destacan el deseo de disfrutar de una buena jubilación y el temor a perder su independencia económica por la pérdida de empleo o ingresos. Este sentimiento es especialmente intenso entre las mujeres más jóvenes (de 18 a 34 años), donde un 50% señala que su principal preocupación radica en alcanzar la independencia económica. En contraste, para las mujeres mayores de 45 años, la buena jubilación se convierte en el principal foco de atención en lo que respecta a la economía.

En un escenario imaginario en el que las mujeres gozan de una estabilidad económica adecuada, la mitad de ellas asegura que, si no tuviesen que preocuparse por el dinero, viajarían con más frecuencia. Sin embargo, este anhelo queda relegado para aquellas que son madres de niños pequeños, quienes priorizan la educación y el tiempo que pueden dedicar a sus hijos.

Por otro lado, las mujeres más jóvenes, de entre 18 y 34 años, tienden a pensar en cambiar de vivienda, incrementar sus gastos en ocio y actividades recreativas y enfocar sus recursos en su salud y bienestar. En contraposición, las mujeres de mayor edad se centran más en asegurar una buena jubilación, garantizar la educación de sus hijas e hijos e, incluso, consideran la posibilidad de retirarse del mundo laboral.