MADRID, 29 Ene. (CHANCE) -

En medio de un torbellino de críticas por sus recientes declaraciones, Ágatha Ruiz de la Prada ha continuado con su agenda profesional y este martes ha viajado a Sevilla para presentar su más reciente obra, titulada 'Todo por un plan', en la Fundación Cajasol.

A pesar de la controversia que ha rodeado sus comentarios relacionados con la comunidad gitana, la diseñadora optó por no interactuar con los medios de comunicación, evadiendo así las preguntas que inevitablemente surgirían sobre su desafortunada comparación que ha hecho estallar una serie de reacciones en redes sociales y entre excolaboradores, quienes la han calificado de racista, clasista y soberbia. No obstante, se mostró dispuesta a sincerarse con los asistentes en el evento, buscando una vez más aclarar su postura sobre su reciente analogía entre su caótica mudanza y la vida de la etnia gitana.

“Lo primero que quería hacer esta noche… Lo primero que quería hacer era disculparme, quería disculparme, por favor, de verdad, porque han sido 10 días terroríficos, y aunque ya pedí perdón, no me importa repetirlo aquí en Sevilla”, afirmó con tono serio al inicio de su intervención.

Al reflexionar sobre su situación, “ya no sé cómo expresar mis pensamientos, porque el problema surge cuando dices algo que, para ti, no tiene malicia, pero que sabes que puede herir a otros”. Además, admitió que “hay expresiones que quizás repites sin pensarlo realmente. Si reflexionara más sobre lo que digo, probablemente dejaría de comunicar el 99% de mis pensamientos”.

La diseñadora continuó: “Me equivoqué al decir algo que podría considerarse una tontería, una frase que muchos podrían haber usado sin intención maliciosa. Tan pronto me di cuenta del impacto que tuvo, pedí disculpas. Pero, sinceramente, ¿es necesario que me sigan abordando los periodistas en mi oficina y en la puerta de mi casa por eso? No sé, tal vez no sea un tema tan relevante”, expresó con un tono de frustración ante la reacción desproporcionada que su comentario había provocado.

Para disipar los rumores de racismo, quiso también resaltar la riqueza cultural del pueblo gitano: “La cultura gitana es esencial para España. Este año se cumplen 600 años desde su llegada a nuestro país, y es fundamental reconocer su значимость. El espíritu gitano ha aportado al romanticismo y a la identidad de España; son parte de nuestra esencia”.

A pesar de su intención de explicar, también declaró con firmeza que “he tenido la mala suerte de abrir un melón sin querer, pero nadie puede restringir mi libertad de expresión, eso no lo permitiré”.

Tras la presentación de su libro, Ágatha se mostró evasiva ante las cámaras, explicando que “tengo un contrato y no puedo hablar”, en referencia a la exclusiva que ofreció en '¡De Viernes!' la semana pasada. Sin embargo, aprovechó la ocasión para anunciar su decisión de autocensurarse a partir de ahora, con el fin de evitar repetir situaciones similares a las que ha vivido tras sus comentarios sobre la vida de las gitanas: “De ahora en adelante, me lo voy a imponer. No quiero ofender a nadie, de verdad, ya he pedido disculpas millones de veces”, concluyó con determinación.