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Ana Peña, defensora del braille en ONCE: "La educación se personaliza según las necesidades individuales".

Ana Peña, defensora del braille en ONCE:

En Madrid, el 10 de agosto de 2023, se destaca la figura de Ana Peña, promotora de la enseñanza del braille para adultos en la Delegación de ONCE en la capital española. Con su propia discapacidad visual, Peña se ha comprometido a empoderar a otras personas con ceguera, ofreciendo clases que buscan aumentar su autonomía. En un año significativo que marca los 200 años desde la creación de este sistema de lectura, comparte su experiencia con Europa Press, destacando que su metodología se ajusta a las particularidades de cada aprendiz.

El rol de 'Promotor del Braille' fue establecido por la ONCE en 2022 como parte de su continuo esfuerzo por promover la alfabetización en braille. Este servicio complementa otras iniciativas educativas que la organización ha llevado a cabo durante años, proporcionando una atención personalizada a quienes padecen discapacidades visuales y está disponible en la mayoría de sus centros a lo largo del país.

Actualmente, Ana es la única promotor en Madrid, mientras que otras 16 personas desempeñan esta función en otras regiones de España. Según ella, esta distribución permite que cada delegación tenga acceso a un promotor, garantizando así atención más focalizada y accesible.

El número de alumnos que asisten a las clases varía significativamente, adaptándose a factores como la ubicación geográfica y las características individuales de los estudiantes. Peña explica que, mientras algunos pueden necesitar atención individualizada, otros participan en sesiones grupales reducidas, generalmente con un máximo de cuatro alumnos, para asegurar el aprendizaje efectivo de todos.

Una vez que los estudiantes dominan las bases del braille, tienen la opción de unirse al 'Club Braille', una iniciativa creada por la ONCE en 2007. Este espacio es un punto de encuentro para quienes ya dominan la lectura y escritura en braille, permitiéndoles mantener y enriquecer sus habilidades, al mismo tiempo que socializan a través de diversas actividades.

María Cuadrillero, una beneficiaria de estos programas, describe su experiencia con entusiasmo, señalando que el aprendizaje del braille le ha brindado una renovada sensación de autonomía e independencia. "Fue como un despertar: de la oscuridad surgió una luz que me mostró el camino", relató durante una reciente conversación con la prensa.

Peña también compartió historias exitosas, como la de un usuario que, al aprender braille, pudo leer las etiquetas de productos en el supermercado, lo que le permitió conocer la composición de lo que estaba comprando. Este tipo de historias demuestra el impacto real que tiene la alfabetización en braille en la vida cotidiana de las personas con ceguera.

Los cursos de braille no son programas convencionales; más bien, se enmarcan en un proceso de rehabilitación para aquellos que han experimentado la pérdida de la visión. Los objetivos y la duración del aprendizaje se personalizan, asegurando que cada alumno progrese a su ritmo, sin la presión de evaluaciones finales.

La ONCE promueve la enseñanza del braille desde una edad temprana, pero existen desafíos. Muchos adultos mayores que pierden la visión tienden a resistirse a la idea de aprender, a menudo debido a la percepción errónea de que es demasiado complicado. Peña lamenta que algunos no concluyan su proceso educativo por desánimo al enfrentar obstáculos, exacerbando la brecha en la alfabetización entre generaciones.

El Día Mundial del Braille, celebrado el 4 de enero, marca este importante hito: 200 años desde la creación de un sistema que ha transformado la vida de millones de personas ciegas. Diseñado por Louis Braille en el siglo XIX, este sistema de lectoescritura continúa siendo vital para fomentar la independencia de aquellos que carecen de visión.

Los inicios del braille están vinculados a pioneros como Valentín Haüy y Charles Barbier, cuyas contribuciones sentaron las bases para el sistema moderno que conocemos hoy. En la actualidad, el braille se ha integrado en todos los aspectos de la vida diaria de las personas ciegas, desde medicamentos hasta acceso a la cultura y el entretenimiento, gracias a innovaciones tecnológicas que han expandido y adaptado el braille a diversas necesidades.