Un terrible bombardeo ejecutado por el Ejército de Israel ha dejado al menos 20 personas muertas en la ciudad libanesa de Yunin, la mayoría de ellos de nacionalidad siria, según han confirmado las autoridades de Líbano. Este trágico suceso ha provocado una oleada de devastación en la región del valle de la Becá, en el distrito de Baalbek, donde los equipos de rescate continúan trabajando para encontrar posibles víctimas entre los escombros.

El Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Sanidad ha actualizado la cifra de fallecidos tras el ataque, que inicialmente se situaba en nueve personas. Mientras tanto, el Ejército israelí ha justificado su acción afirmando que había bombardeado numerosos objetivos terroristas de Hezbolá en la zona, además de llevar a cabo ataques preventivos en la frontera con Siria para evitar la supuesta transferencia de armas al grupo paramilitar.

Estos violentos acontecimientos se producen en medio de llamamientos internacionales, como los realizados por Estados Unidos y Francia, para que se establezca una tregua temporal entre Israel y Hezbolá. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dejado claro que las operaciones militares contra Líbano continuarán con toda su intensidad, desoyendo las peticiones de mediación para poner fin al derramamiento de sangre en la región.