
MADRID, 29 de enero.
En un fervoroso llamado a la acción social, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, junto a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, han planteado la urgencia de implementar una prestación universal por crianza. Su objetivo es erradicar la alarmante pobreza que afecta a uno de cada tres niños y niñas en España, una situación que ambos califican de "inasumible".
Este pronunciamiento tuvo lugar en el acto "Derecho al bienestar, derecho al tiempo: prestación universal por crianza y reducción de jornada", realizado en el ámbito del Ministerio de Derechos Sociales. Bustinduy enfatizó la contradicción del país: mientras 30 individuos concentran más de 1.000 millones de euros cada uno, la pobreza infantil amenaza el bienestar de miles de familias.
El ministro subrayó que la solución a esta crisis es clara: "tenemos en nuestras manos la herramienta para erradicar la pobreza infantil: una prestación universal por crianza". Aseguró que defenderán esta propuesta en los próximos presupuestos generales del Estado, mostrando un optimismo firme sobre su viabilidad.
Por su parte, Yolanda Díaz destacó que el proyecto que están presentando se basa en dos pilares fundamentales: la reducción del tiempo de trabajo para mejorar la calidad de vida y la implementación de la prestación universal por crianza, una medida esencial en un país que enfrenta niveles de pobreza infantil alarmantes.
La vicepresidenta subrayó la importancia de esta prestación, describiéndola como "la medida estrella" que no solo mejorará la situación económica de las familias, sino que también garantizará un futuro más digno para los niños y niñas en España. Esta iniciativa se suma a otras importantes reformas como la reforma laboral y el aumento del salario mínimo, que representan pasos significativos hacia un bienestar colectivo.
Durante su intervención, Bustinduy acusó al contexto geopolítico actual de buscar fomentar la resignación en la ciudadanía, frente a un panorama marcado por la normalización de la violencia y la creciente indiferencia hacia la desigualdad. Afirmó que la protección social no debe ser vista como un lujo reservado para tiempos de tranquilidad.
En esta misma línea, Yolanda Díaz enfatizó que la prestación universal debe ser verdaderamente "universal", porque solo así los mecanismos de compensación social pueden ser efectivos. Utilizó como ejemplo que si un niño asiste a la misma escuela que la hija de un magnate, ambos deben recibir el mismo trato, independientemente de su origen económico.
Ambos ministros advirtieron sobre el peligro que representan los "hiperricos" que intentan manipular las instituciones en función de sus intereses, mostrando un grave menosprecio hacia la dignidad humana. Díaz se refirió a la reciente toma de posesión del nuevo presidente de EE. UU., Donald Trump, como una manifestación de esta amenaza global.
En este contexto, Bustinduy insistió en que hablar de la reducción de la jornada laboral y de la prestación por crianza es en esencia "fortalecer ese horizonte democrático", abriendo caminos alternativos en medio de lo que calificó como "tiempos oscuros". Enfatizó la necesidad urgente de acción frente a estas realidades.
El evento también incluyó una mesa redonda con la participación de la investigadora en políticas sociales Lucía Gorjón, y los periodistas Ángeles Caballero y Miguel Muñoz, junto a la doctora en sociología Irene Lebrusán. Gorjón expuso que una prestación universal por crianza de 200 euros podría reducir en un 43% la tasa de extrema pobreza infantil, disminuyendo del 14% actual al 8% en España, además de suavizar la intensidad de la pobreza existente.
Con respecto al costo de esta iniciativa, Gorjón indicó que su implementación requeriría una inversión de 19.000 millones de euros anuales, lo cual representa menos del 3% del gasto público y una décima parte del presupuesto destinado a pensiones.
Ángeles Caballero defendió que el apoyo a los cuidadores, tanto de personas mayores como de niños, no debería depender de la "suerte" o la situación socioeconómica de cada uno. También destacó la necesidad de reivindicar el tiempo no solo para el cuidado, sino también como "el derecho a no hacer nada". Resaltó que las salas de espera de los centros de salud no debían estar colmadas de hijos que acompañan a sus padres, sugiriendo que el papel de cuidador tiende a ser heredado.
Finalmente, Miguel Muñoz subrayó que el futuro será más prometedor si se consolida la conciencia de que los hombres también deben asumir un rol activo en el cuidado y demandó que la conciliación no se deje en manos de la voluntad de cada empleador, sino que sea una responsabilidad compartida en la sociedad.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.