
MADRID, 25 May. - La ONG Oxfam Intermón ha señalado que la crisis alimentaria que afecta al este de África está por alcanzar su punto más crítico. La organización estima que para julio, una persona morirá por hambre cada 28 segundos en Etiopía, Kenia, Somalia y Sudán del Sur.
La sequía provocada por el cambio climático, agravada por los conflictos y los altos precios de los alimentos, ha dejado a 40 millones de personas en África Oriental en situación de hambre severa, casi dos tercios más que el año pasado, con 85.000 personas en Sudán del Sur y Somalia al borde de la hambruna, el estadio más grave de hambre, que incluye falta total de acceso a alimentos y el consiguiente riesgo de muerte.
En Somalia, 1,8 millones de niños y niñas sufren malnutrición, 477.000 de forma grave. La sucesión cada vez más frecuente de las sequías y la prolongación de la última está acabando con el medio de vida de la mayoría de la población: el pastoreo.
Oxfam Intermón ha pedido al Gobierno de España que incremente su ayuda humanitaria hasta llegar al 10% del total de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y, para ello, ha iniciado una campaña de recogida de firmas bajo el lema 'El hambre tiene solución', con la que pretende movilizar a la opinión pública para que exija al Gobierno ese incremento. También ha pedido a la Unión Europea y a la comunidad internacional que incrementen los fondos para paliar la crisis alimentaria, pues lamenta que "tan solo" ha sido aportado hasta ahora "el 23% de los fondos que la ONU considera necesarios para afrontar esta crisis".
Por su parte, World Vision ha recordado que desde 2020, más de un tercio de la población de África está desnutrida, y alrededor de 282 millones de personas padecen hambre, más del doble que en cualquier otra región del mundo.
Oxfam Intermón y World Vision han recogido algunos testimonios, entre ellos el de Peter, un niño de 10 años de Turkana (Kenia) al que le encantan las matemáticas, pero que hace dos años tuvo que dejar la escuela para trabajar como pastor de cabras porque su familia dejó de poder pagar las cuotas escolares. Ahora, la falta de agua hace peligrar el sustento de su familia.
Hamdi, de siete meses, pesaba solo 2,5 kilos en junio, cuando llegó a la clínica de nutrición de World Vision en Baidoa, Somalia. Los trabajadores sanitarios descubrieron que sufría desnutrición aguda grave, agravada por diarrea acuosa aguda y sarampión. Pero, tras recibir un tratamiento con Plumpy'Nut, un alimento terapéutico listo para usar, Hamdi pesaba 4,5 kilos y había desaparecido la tos provocada por el sarampión.
Nyaduer, de 13 años, vive en un campo de desplazados en Juba, Sudán del Sur. Es huérfana y cuida a sus cinco hermanos pequeños. Los alimentos que recibe son proporcionados en el campamento por World Vision y el Programa Mundial de Alimentos. Sin embargo, no son suficientes y a veces tienen que dejar de comer durante dos o tres días.
Christiane, viuda de 54 años en Turkana (Kenia), ha perdido todos sus animales por la sequía. La directora de comunicación de World Vision, Eloisa Molina, ha advertido del daño que supone a largo plazo la desnutrición en los niños. "Es desgarrador que las vidas de millones de niños y niñas en África estén en peligro debido a una tormenta perfecta de conflicto, patrones climáticos impredecibles y la persistencia de las consecuencias de la COVID-19", ha subrayado.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.