En Madrid, el pasado 7 de mayo, el ambiente familiar entre las Campos y Mar Flores ha tomado un giro inesperado tras las declaraciones de Terelu Campos en una revista de alta circulación. Estas revelaciones surgieron una semana después de que Terelu se sentara a hablar sobre su relación con la madre de su futuro yerno, Carlo Costanzia. Aunque su propósito era cerrar el capítulo de las especulaciones sobre tensiones familiares, las palabras de Terelu no han sentado bien en todos los sectores de la familia.

Alejandra Rubio, hija de Terelu, decidió salir al paso de los comentarios en el programa 'Vamos a ver', manifestando su descontento. Explicó que considera inadecuado que su madre haya mencionado a su suegra en una entrevista, pues, según ella, los asuntos familiares deberían permanecer en privado y no son de interés general. Su respuesta refleja una clara frustración ante la apertura que su madre ha tenido sobre el tema.

Por su parte, Terelu ha defendido su derecho a expresarse, indicando que la controversia no ha dañado su relación con Alejandra y que no necesita justificaciones a su edad. De hecho, dejó claro que su hija no tiene autoridad para "tirarle de las orejas", desestimando así cualquier crítica que pudiera haber surgido de la conversación.

La atención se ha centrado también en Carlo Costanzia, quien había permanecido en silencio hasta ahora. En su respuesta, fue contundente al desmarcarse de la situación entre su novia y su madre. Con un tono directo, expresó que su vida no debe ser objeto de discusión pública y añadió que prefiere centrarse en su trabajo en la barbería, dejando entrever que la atención mediática no es lo que le interesa en este momento.

“Si quieren más detalles, pregúntenle a quienes trabajan ahí. Yo estoy ocupado aquí y prefiero no hablar de mi vida personal”, dijo Carlo, remarcando su deseo de mantenerse alejado de las controversias televisivas. Su postura claramente señala su intención de proteger su vida privada, desmarcándose del drama familiar expuesto en los medios.