MADRID, 20 Abr. (CHANCE) -

Este pasado sábado, Zahara de los Atunes se convirtió en un punto de encuentro emotivo, donde la comunidad se congregó no solo para disfrutar de un festival vibrante, sino también para rendir homenaje a una de las leyendas más queridas del toreo, Francisco Rivera "Paquirri", en el marco del 40 aniversario de su trágico fallecimiento.

La tarde estuvo marcada por la presencia de dos miembros de la familia Rivera, Cayetano y Canales, quienes continuaron la tradición familiar y compartieron el ruedo con el joven torero Adriá Guillén. Este evento trasciende lo meramente taurino y se convirtió en una celebración de memorias, un vínculo que une el legado de una dinastía muy apreciada por los aficionados.

Cayetano, quien tuvo un significado especial en esta presentación, ofreció dos faenas que resonaron en los corazones de los presentes. En su primera actuación, cautivó al público con una interpretación de gran clase y sobriedad, pero fue en su segundo encuentro donde realmente se dejó el alma, enfrentándose a un toro desafiante con fuerza y valentía. Un gesto conmovedor fue el brindis dedicado a su tía Teresa Rivera, un momento de pura conexión familiar que culminó con el reconocimiento a su esfuerzo, llevándose dos orejas y rabo.

Las escenas de los diestros en un ambiente de complicidad, los aplausos ensordecedores y la ovación final dejaron una imagen memorable en Zahara de los Atunes, recordando a todos que el legado de Paquirri sigue vivo en el corazón de quienes aman la tauromaquia.