En un anuncio sorprendente, el Ministerio de Exteriores de Dinamarca ha revelado sus planes de cerrar las embajadas en Burkina Faso y Malí, dos países del Sahel que han experimentado recientes golpes de estado y han mostrado un creciente acercamiento a Rusia y China en los últimos años.
El ministro de Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, ha destacado la importancia de la política exterior en África, planteando si el continente se inclinará hacia Oriente u Occidente. En este sentido, ha enfatizado la necesidad de contrarrestar la influencia china y rusa en la región y ofrecer una alternativa atractiva.
Para lograr este objetivo, Dinamarca tiene previsto fortalecer su presencia en África mediante la apertura de nuevas embajadas en Túnez, Senegal y Ruanda, así como la ampliación de su equipo diplomático en el continente.
El ministro danés ha propuesto invertir en África, fomentar el comercio con empresas africanas y facilitar la movilidad de ciudadanos africanos hacia Dinamarca para promover un mayor entendimiento mutuo y colaboración.
Además, se prevé aumentar el apoyo a las empresas danesas a través del Fondo de Inversión para Países en Desarrollo (IFU) y el Fondo de Exportación e Inversión de Dinamarca (EIFO), con el objetivo de promover nuevas oportunidades de negocio en el continente africano.
En definitiva, Dinamarca busca consolidar su presencia en África y contrarrestar la influencia extranjera, apostando por una mayor cooperación y asociación con los países africanos en diversos ámbitos para fortalecer los lazos bilaterales y promover un desarrollo sostenible en la región.
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