La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) ha lanzado una alerta sobre la cantidad de diplomáticos que posee España, aproximadamente 1.000, comparándola con otras naciones más pequeñas y sugiriendo que esta cifra afecta negativamente a la imagen del país en el ámbito internacional.
En la actualidad, España mantiene cerca de 130 embajadas y representaciones ante organismos internacionales, además de alrededor de 90 consulados dedicados a asegurar la protección de los intereses españoles y la atención a los ciudadanos en el extranjero. Con una revisión del despliegue diplomático en marcha dentro de la nueva Estrategia de Acción Exterior, el Ministerio de Asuntos Exteriores pretende ajustar sus recursos a las necesidades actuales.
Alberto Virella, presidente de la ADE, ha expresado la necesidad de incrementar el número de diplomáticos en función del peso de España en la escena global. Afirma que la cantidad actual no refleja adecuadamente la importancia del país, especialmente considerando que España cuenta con 49 millones de habitantes y tres millones de ellos viven fuera, lo que implica una demanda constante de servicios consulares.
Virella hizo énfasis en que otras naciones europeas tienen más diplomáticos en proporción a su población. Por ejemplo, Polonia, con 37,6 millones de habitantes, cuenta con 1.700 diplomáticos, mientras que Dinamarca, con 6 millones, posee 1.300, y Portugal, con 10,6 millones, tiene 490 diplomáticos, destacando que sus figuras públicas han logrado altos cargos internacionales, algo que resalta la efectividad de un cuerpo diplomático robusto.
El presidente de la ADE también recalcó que la falta de personal y los recursos limitados no solo perjudican la visibilidad de España en la comunidad internacional, sino que también obstaculizan la modernización necesaria en el Servicio Exterior. A pesar de los intentos de revisión por parte del gobierno, la respuesta ha sido insuficiente y depende de la voluntad política y de un presupuesto adecuado.
En este momento, el despliegue consular incluye 117 embajadas, 10 misiones permanentes, 11 antenas diplomáticas y numerosos consulados generales. El Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, anunció en febrero un análisis profundo del despliegue diplomático para alinearlo con la posición actual de España en el mundo.
Aunque la ADE recibe esta propuesta con optimismo, Virella advierte que históricamente, cualquier aumento de personal o recursos ha estado sujeto a condiciones restrictivas impuestas por el Ministerio de Hacienda. Hasta ahora, no hay claridad sobre el futuro de las representaciones consulares ni si se planea abrir o cerrar nuevas sedes.
Virella señala que un comienzo prometedor para esta revisión sería el informe mencionado en el artículo 39 de la Ley de Acción Exterior de 2014, que exige la elaboración de un informe cada dos años para evaluar la adecuación de las misiones diplomáticas con el fin de maximizar la eficiencia de los recursos públicos. Sin embargo, hasta ahora, la ADE no ha recibido estos informes solicitados mediante el Portal de Transparencia, lo que levanta dudas sobre su disponibilidad.
Otro de los problemas críticos que la ADE ha denunciado es la falta de personal en los consulados, que ha sido corroborada por el Defensor del Pueblo. La creciente diáspora española, impulsada por leyes recientes que facilitan la obtención de nacionalidad a descendientes, ha sobrecargado a los consulados, que ya enfrentan demoras en la tramitación de solicitudes de nacionalidad.
Además de la gestión de nacionalidades, los consulados deben seguir desempeñando funciones como el registro de nacimientos y matrimonios, así como emitir diversos certificados y visados para extranjeros que deseen viajar a España. A pesar de esta presión, el Ministerio de Exteriores ha anunciado la apertura de nuevos consulados en lugares estratégicos como Reino Unido y China, y se planean nuevas aperturas en Cuba e India.
Para mitigar la sobrecarga, se han añadido 150 nuevas plazas en los consulados debido a la Ley de Memoria Democrática, así como tres nuevos puestos de cónsul adjunto en consulado de alto impacto, como La Habana y Buenos Aires. Además, se está implementando un Plan de Digitalización Consular, que requiere inversiones significativas y está previsto que mejore la eficiencia de los servicios consulares.
A pesar de que la digitalización representa un avance necesario, Virella advierte que se añadirá más presión al personal consular ya sobrecargado, ya que el manejo digital de los expedientes también requerirá capacitación adicional. Sin un aumento correspondiente en el número de diplomáticos, estos cambios podrían contribuir a retrasos adicionales en la tramitación de solicitudes, poniendo aún más en evidencia la necesidad de una reforma profunda en el servicio exterior español.
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