
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha llevado a cabo una renovación de las sanciones impuestas a la insurgencia yemení, marcando un nuevo capítulo en este complejo conflicto que lleva años afectando a la región. Esta decisión se produce en medio de un clima de creciente tensión, ya que la situación en Yemen continúa deteriorándose con repercusiones en toda la zona.
En un desarrollo significativo, el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) informó el miércoles sobre una serie de ataques aéreos realizados durante la semana. Estos bombardeos, catalogados como "precisos", se dirigieron a instalaciones de almacenamiento de armas utilizadas por los rebeldes hutíes, quienes han intensificado sus ataques sobre buques tanto militares como civiles en el mar Rojo y el golfo de Adén.
Según declaraciones de CENTCOM, las operaciones aéreas, que involucraron a la Fuerza Aérea y la Armada de EE.UU., se llevaron a cabo el pasado fin de semana como respuesta a lo que describieron como "ataques ilegales y repetidos" por parte de los hutíes. La intención detrás de estos ataques fue "degradar la capacidad de los hutíes para amenazar a nuestros socios regionales", enfatizando un enfoque en la seguridad marítima en las vías navegables internacionales.
El conflicto se ha intensificado, con informes de los hutíes que acusan a las fuerzas estadounidenses y británicas de bombardear diferentes puntos en Yemen durante esta semana. A pesar de sus afirmaciones sobre los ataques dirigidos hacia un portaaviones y destructores, las autoridades estadounidenses desmintieron la existencia de tales lanzamientos hacia el portaaviones en cuestión.
Por otro lado, el comunicado emitido por CENTCOM resaltó la efectividad de las operaciones defensivas realizadas por los destructores de la Armada, como el 'USS Stockdale' y el 'USS Spruance', que interceptaron una serie de projectiles lanzados por los hutíes mientras transitaban por el estrecho de Bab al Mandeb. Las fuerzas estadounidenses lograron neutralizar ocho drones de ataque, cinco misiles balísticos antibuque y cuatro misiles de crucero, garantizando así la seguridad de las embarcaciones que navegaban en la zona.
Una vez más, CENTCOM aseguró que no hubo heridos ni daños en el personal o los recursos estadounidenses como resultado de estas operaciones, subrayando su compromiso inquebrantable con la protección de sus tropas y de la navegación internacional, mientras se busca mantener la estabilidad en una región marcada por el conflicto.
En un contexto más amplio, el Consejo de Seguridad de la ONU ratificó hoy la extensión de las sanciones a la insurgencia yemení durante un período adicional de doce meses. Estas sanciones implican restricciones de viaje y la congelación de activos para varios individuos y entidades designadas dentro del contexto yemení, así como la prórroga del mandato de un grupo de expertos que apoyan al Comité de Sanciones para Yemen por trece meses más.
Arrinconados por las fuerzas hutíes, que han mantenido el control sobre la capital Saná y otras regiones clave desde 2015, esta facción ha llevado a cabo ataques provocativos hacia territorio israelí y buques relacionados con Israel, en respuesta a la ofensiva militar que se ha intensificado en Gaza tras los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre de 2023.
Los hutíes, entre tanto, han dirigido su mirada hacia los buques y drones estadounidenses y británicos, argumentando que sus acciones son una respuesta a los bombardeos que estos países han llevado a cabo en Yemen. Mientras tanto, Estados Unidos y el Reino Unido se defienden argumentando que sus intervenciones están orientadas a salvaguardar el libre tránsito en el mar Rojo, el golfo de Adén y el océano Índico, un asunto que el mundo observa con atención.
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