Israel ha llevado a cabo nuevos bombardeos en Gaza, impactando alrededor de 120 objetivos en la zona. Además, ha confirmado más operaciones militares en el lado palestino de Rafá.

Las autoridades egipcias han expresado su preocupación por la ofensiva israelí en Rafá, advirtiendo a Estados Unidos sobre los graves riesgos de seguridad que esto conlleva. Han destacado la importancia de restablecer la entrega de ayuda a través del paso fronterizo, ahora controlado por Israel.

El ministro de Exteriores egipcio, Samé Shukri, ha comunicado a su homólogo estadounidense, Antony Blinken, que los ataques en Rafá representan una seria amenaza para la estabilidad en la región, subrayando la necesidad de garantizar la asistencia humanitaria y la seguridad en la zona.

El Ejército de Israel ha reportado que en las últimas 24 horas han llevado a cabo operaciones en la Franja de Gaza, incluyendo bombardeos en Rafá y en el paso fronterizo. Se han enfrentado a terroristas, descubierto armamento y realizando redadas en infraestructura terrorista en la zona.

Además, han llevado a cabo ataques en otras partes de la Franja de Gaza, eliminando terroristas y destruyendo infraestructuras subterráneas y terroristas. La situación ha llevado a Egipto a considerar su incorporación a los procedimientos legales contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia.

La intensificación de la ofensiva en Rafá ha generado una crisis humanitaria y ha llevado a cientos de miles de personas a huir de la ciudad, creando condiciones insoportables en Gaza, contraviniendo el Derecho Internacional.

Esta escalada del conflicto también ha afectado las relaciones entre Egipto e Israel, con El Cairo manifestando su descontento ante las acciones israelíes. Se trata de un punto crítico en la relación bilateral, que data de 1979 y que ahora se ve amenazada por la situación en Gaza.

Fuentes cercanas a la situación han revelado que Egipto había advertido previamente que el tratado de paz entre ambos países podría suspenderse si Israel actuaba en Rafá o si los palestinos en la ciudad se veían forzados a desplazarse hacia el sur, hacia la península del Sinaí.