Siete de cada diez mujeres en España tienen el deseo de avanzar en sus carreras, sin que esto dependa de su edad o de la situación laboral en la que se encuentren.
En Madrid, el 2 de marzo se ha publicado un impacto revelador sobre las dificultades que enfrentan las mujeres profesionales en el país. Un estudio titulado 'Observatorio de la Mujer Profesional en España', realizado por EAE Business School, muestra que casi el 45% de las mujeres no ha conseguido nunca un ascenso, a pesar de que el 37% lleva más de seis años en su puesto actual y un 61% cuenta con más de 40 años, lo que sugiere una experiencia laboral que podría ser valorada por sus empleadores.
El informe destaca que el 68% de las mujeres consultadas por EAE busca avanzar en sus carreras, sin importar su edad o si tienen responsabilidades familiares.
Este fenómeno pone de manifiesto no solo las limitaciones estructurales que enfrentan, sino también la presión autoimpuesta. Tres de cada cuatro mujeres sienten que deben probar su valía con más esfuerzo que sus colegas masculinos para obtener la misma consideración profesional.
Entre las barreras que mencionan las consultadas, el 60% apunta a una subestimación de sus capacidades de liderazgo, el deseo de demostrar que pueden manejar con éxito tanto su vida laboral como familiar, y la persistencia de estereotipos de género en el lugar de trabajo.
El estudio se basa en la recopilación de testimonios de más de 800 mujeres entre 20 y 60 años, con educación universitaria y residentes en importantes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia. Su propósito es visibilizar los obstáculos que aún limitan el avance profesional de las mujeres en el ámbito laboral español.
Carina Mellit, directora del Strategic Research Center de EAE Business School y coautora del estudio, enfatiza que las mujeres todavía enfrentan barreras significativas, como la falta de visibilidad y el peso adicional de las responsabilidades familiares. “La brecha de género en liderazgo y remuneración sigue siendo un reto en muchas organizaciones”, recalca.
Este estudio también resalta que un 67% de las participantes trabaja en empresas donde al menos una mujer ocupa un cargo en el Comité de Dirección. Esta tendencia se ve fortalecida en las grandes urbes como Madrid y Barcelona.
La creciente representación femenina en roles de liderazgo es fundamental para fomentar la igualdad y motivar a más mujeres a ejercer cargos directivos. El estudio indica que el 77% de las encuestadas estaría dispuesta a asumir un papel de liderazgo, independientemente de que nunca haya habido una mujer en dicho cargo, lo que sugiere un deseo colectivo de romper moldes y establecer nuevos precedentes en sus empresas.
A pesar de la mayor disposición por asumir responsabilidades, las mujeres más jóvenes y aquellas con hijos tienden a rechazar puestos directivos debido al estrés y la carga temporal que conllevan. Sin embargo, la percepción general es que los hombres avanzan más rápidamente en sus carreras.
El 51% de las mujeres siente que sus compañeros masculinos han tenido un progreso más acelerado, en gran parte debido a menor carga de responsabilidades familiares y la persistencia de una cultura empresarial que institucionaliza la desigualdad de género.
Además, solo el 8% de los hombres afirma que la crianza de hijos ha afectado su trayectoria profesional, en comparación con el 47% de mujeres que reportan impactos similares en sus carreras.
Este desequilibrio de responsabilidades familiares se suma a la percepción de una carga laboral adicional que enfrentan el 75% de las mujeres encuestadas.
Se establece, por lo tanto, una sensación de "doble exigencia" que afecta su rendimiento laboral, siendo la subestimación de sus habilidades de liderazgo y la presión para equilibrar múltiples roles las causas principales.
Entre los aspectos que las mujeres consideran fundamentales para avanzar hacia la equidad en sus lugares de trabajo, destacan el fomento de una "cultura empresarial inclusiva" (34%), horarios laborales flexibles (34%) y la confianza en su propio potencial (32%), siendo este último especialmente relevante entre las más jóvenes.
Al analizar las razones detrás de la falta de ascensos, el 50% de las consultadas señala que no se involucran en "juegos políticos", sugiriendo que los criterios para el avance no siempre se basan en méritos auténticos, como la experiencia o la capacitación.
Otros factores que afectan negativamente las promociones son la falta de visibilidad del potencial femenino (40%) y la dinámica de liderazgo en las compañías (35%). A pesar de estos desafíos, el principal motor para que las mujeres busquen ascensos sigue siendo el deseo de mejorar sus ingresos (80%), sin considerar su situación vital o su antigüedad en la empresa.
El 'Observatorio de la Mujer Profesional en España' también subraya la importancia de fomentar la autoestima laboral entre las mujeres. Un notable 81% de las encuestadas cree que otros han confiado más en sus habilidades que ellas mismas, aunque esta percepción disminuye al 60% entre las generaciones más jóvenes, lo que indica un cambio positivo que podría facilitar la igualdad en el ámbito laboral.
A medida que se redefine la interpretación del éxito para las mujeres, se abre un debate esencial sobre cómo debe ser un liderazgo que refleje sus valores y propósitos. Las respuestas del estudio revelan diferencias significativas entre las aspiraciones de las mujeres y las expectativas sociales. Para ellas, la independencia económica (34,6%) y la realización profesional (34,5%) son los pilares del éxito, en contraste con el énfasis social en el salario alto y el reconocimiento, valores que son menos relevantes para su visión personal del logro.
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