
MADRID, 19 May.
En 2022, la población de linces ibéricos creció en 300 ejemplares, lo que la convierte en la mayor registrada en este siglo. En sus primeros años de este siglo, solo había alrededor de un centenar de animales; hoy día, hay 1.668 ejemplares. La información se desprende del último censo del grupo de trabajo del lince ibérico (Lynx pardinus) coordinado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), que analiza la evolución por las comunidades autónomas españolas donde la especie se encuentra presente de manera estable, como Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, así como por las autoridades portuguesas.
En detalle, el número de adultos o subadultos ha alcanzado los 1.105 ejemplares y durante 2022 han nacido 563 cachorros, logrando un total de 1.668 ejemplares en la península ibérica. A pesar de que estos datos representan un nuevo récord para la especie, el lince ibérico todavía se encuentra en peligro de extinción.
En 2022 se contabilizaron 300 nuevos ejemplares en comparación con el año anterior, lo que según el grupo de trabajo demuestra una tendencia de crecimiento continuo desde 2015. Esto permite ser optimistas con respecto a la reducción del riesgo de extinción del lince ibérico.
Con respecto a la distribución geográfica, el 84,3 por ciento de la población se encuentra en catorce núcleos poblaciones en España. En concreto, el 37,6 por ciento reside en seis núcleos en Andalucía, el 35 por ciento en cuatro núcleos en Castilla-La Mancha y otros cuatro núcleos en Extremadura, sumando un total de 195 ejemplares. El 15,7 por ciento restante está en Portugal, con 261 linces distribuidos en tres subnúcleos: Mertola, Serpa y Alcouti.
De esta manera, la especie se distribuye actualmente en 15 núcleos con presencia estable en la Península. El más numeroso es Sierra Morena, con 782 ejemplares; le siguen los Montes de Toledo, con 272; el valle del Guadiana, con 261 y el área de Matachel en Extremadura, con 138. Los 563 nacimientos de 2022 se debieron a 326 hembras reproductoras, que tienen una media de cachorros por hembra reproductora o territorial de 1,72 cachorros.
El grupo de trabajo, en el que también participan organizaciones ambientales como WWF y Fundación CBD-Habitat, confirma asimismo que todos los parámetros principales considerados se muestran positivos desde el inicio de los programas coordinados de actuación en 2002.
La especie ha podido evolucionar gracias a la financiación europea a través de diversos proyectos Life, que han contribuido al programa de conservación Ex-Situ, en el que se enmarcan los trabajos de cría en cautividad y la reintroducción de ejemplares.
Este programa es el resultado de la actuación coordinada en el marco del Memorando de Entendimiento para el desarrollo de un único programa coordinado de actuaciones para la aplicación de la Estrategia de Conservación del Lince ibérico en España, suscrito entre el citado Ministerio y las comunidades autónomas de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. Portugal también participa activamente en este programa coordinado para la cría en cautividad.
Desde 2011, cuando el programa de recuperación de la especie comenzó a liberar linces criados en cautividad, se han soltado un total de 338 ejemplares nacidos en los centros de cría de Zarza de Granadilla (Extremadura) y El Acebuche (Andalucía), financiados por el Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN). El resto de centros de cría son gestionados por Andalucía, el de La Olivilla, y en Portugal el Centro Nacional de Reprodução de Lince Ibérico o Centro de Silves.
Para el responsable de proyectos del programa de especies de WWF, Ramón Pérez de Ayala, los datos demuestran que el lince ibérico "ya ha superado la mitad del camino necesario para salir de la extinción", gracias al trabajo de colaboración realizado por todos los actores implicados.
Por su parte, WWF considera necesario trabajar para crear nuevas poblaciones y para reducir amenazas como los atropellos y el furtivismo.
Pérez de Ayala ha destacado la población de los Montes de Toledo, que ya ha alcanzado el número de 53 hembras reproductoras de Andújar, que hasta ahora era la población más grande, mientras que Vale do Guadiana se ha quedado a tres hembras de distancia, con 49.
"En los últimos años el crecimiento de las poblaciones ha sido espectacular por encima del 20 por ciento anual. Ese crecimiento ha sido tan grande gracias al buen trabajo de selección de las zonas de reintroducción, en estas cuatro poblaciones todas las hembras que nacían se han estado asentando y criando al año siguiente, pero ahora estamos llegando a su máxima capacidad de carga", agrega, "por lo que es de vital importancia crear nuevas poblaciones".
En este sentido, Pérez de Ayala explica que este último censo incluye la suelta de linces en Sierra Arana realizada en diciembre y ha recordado que en febrero comenzó a reintroducir linces en una nueva población de Murcia por lo que confía en que previsiblemente el año próximo aumentará el crecimiento de las poblaciones.
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