
Barcelona, 2 de octubre.
Este viernes a las 20:15, el FC Barcelona se enfrentará al Panathinaikos en el Telekom Center de Atenas, en la segunda jornada de la fase regular de la Euroliga. Tras una abultada derrota en su debut contra el Hapoel Tel Aviv, donde cedieron 103-87, el equipo blaugrana se encuentra ante el desafío de corregir una notable vulnerabilidad defensiva, lo que representa un reto considerable, conteniendo en frente a uno de los ataques más temidos de la competición.
El arranque de la temporada para el Barça no ha estado exento de las dificultades que lo aquejaron el año pasado; la inconsistencia y la fragilidad defensiva siguen siendo temas recurrentes. En su debut, enfrentándose a un equipo que recientemente ascendió y que es el actual campeón de la Eurocup, el FC Barcelona no logró capitalizar la ventaja de un terreno que, aunque ‘neutral’, contaba con un apoyo israelí significativo en la grada, lo que se tradujo en errores defensivos costosos que les pasaron factura.
A pesar de que Will Clyburn, uno de los nuevos refuerzos del equipo, destacó con 23 puntos y 30 de valoración, su rendimiento no fue suficiente para vencer a un potente Hapoel que dominó el juego. El director técnico, Joan Peñarroya, se ha visto obligado a reconocer que su equipo no ha encontrado la fórmula que les permita revertir un partido que fue de mal en peor.
No obstante, en esta etapa temprana de la temporada, aún hay tiempo para demostrar su potencial. El conjunto catalán es consciente de sus falencias y de los aspectos que necesitan trabajar. Tras un verano lleno de cambios, con la salida de figuras como Justin Anderson y la llegada de jugadores experimentados como Clyburn y Toke Shengelia, el Barça espera terminar de encontrar su identidad. La cohesión y la efectividad aún no son evidentes, y tropiezos como la reciente derrota pueden servir de lección.
El inicio con un 0-2 en la clasificación no es un buen presagio. El Panathinaikos, que se impuso a Bayern de Múnich en su primer encuentro (87-79) gracias a la destacada actuación de Kendrick Nunn, quien anotó 21 puntos, representa una prueba mayor para el Barça. Necesitan demostrar que sus palabras sobre un deseo de mejora colectiva descansan en fundamentos sólidos. Otra derrota sería difícil de aceptar, especialmente si las sensaciones son tan negativas como en el primer partido.
La actuación en el Arena 8888 de Sofía no fue un indicativo positivo. Sin embargo, se necesita tiempo para que los cambios surtan efecto. Frente a un Panathinaikos que llega con más ritmo y experiencia en comparación con el Hapoel, los jugadores veteranos del Barça deberán asumir un papel protagónico, y no depender únicamente de las aportaciones de las nuevas incorporaciones. La defensa deberá fortalecer su estructura para evitar los desajustes que facilitaron el ataque rival en su debut.
El Barça, comenzando desde la penúltima posición, entra en esta segunda jornada con la consciencia de que si logra ajustar su juego en Atenas, no solo podría asegurar la victoria, sino además inyectar confianza al equipo. Construir sobre la base de una victoria es mucho más deseable que levantarse tras una dolorosa derrota. Joan Peñarroya comprende que la falta de trofeos en campañas anteriores no deja margen para errores, y después de la inversión considerable en el verano, el contexto apremia a que el equipo afiance su juego pronto. Ganar en Atenas es clave para establecer una base sólida.
El posible quinteto titular del Panathinaikos incluye a Shorts, Nunn, Rogkavopoulos, Hernangómez y Holmes, mientras que el Barça podría iniciar con Satoransky, Punter, Clyburn, Shengelia y Vesely.
Los árbitros del encuentro serán Lottermoser, Jovcic y Petek, y la cita se llevará a cabo en el Telekom Center de Atenas, comenzando a las 20:15, con transmisión a través de Movistar+.
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