En una emotiva catequesis ante cientos de fieles en la plaza de San Pedro, el Papa ha destacado la importancia de la humildad como virtud salvadora que evita la discordia y la división en el mundo. Según Francisco, la humildad es fundamental para alejarnos del Mal y encontrar la paz, siguiendo el ejemplo de Jesús y María.

En este sentido, el Pontífice ha resaltado que la humildad, aunque no sea considerada una virtud cardinal o teologal, es la base de la vida cristiana. Durante el encuentro, también ha pedido oraciones por las vocaciones y la vida consagrada, así como por la paz en un mundo marcado por la guerra.

El Papa ha hecho un llamamiento especial a la oración por países como Ucrania, Palestina, Israel y Birmania, instando a que cese la violencia y se restablezca la armonía. En palabras de Francisco, la humildad contrarresta la soberbia, y nos recuerda nuestra condición de polvo en este vasto universo.

Finalmente, el Papa ha destacado que para combatir el demonio de la soberbia basta con contemplar la grandeza del cosmos y reconocer nuestra propia pequeñez. Según Francisco, la ciencia moderna nos ayuda a ampliar nuestra percepción del misterio que nos rodea, y aquellos que conservan en su corazón esta humildad se liberan de la arrogancia y el vicio.