En la jornada del 27 de junio, el Papa León XIV dirigió un emotivo llamado a los sacerdotes, instándolos a convertirse en auténticos "constructores de unidad y paz", destacando la importancia de ir más allá de las tendencias pasajeras. Esta exhortación se enmarca dentro de la celebración de la Jornada de la Santificación Sacerdotal, en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.

El Pontífice, en su mensaje, enfatizó la necesidad de los sacerdotes de ser promotores de la reconciliación en un mundo donde las tensiones parecen intensificarse, incluso en el seno de las familias y comunidades de fe. “El papel del sacerdote es crucial para recomponer las piezas de vida que se nos confían, ayudando a las personas a redescubrir la luz del Evangelio en medio de sus luchas”, afirmó con convicción León XIV.

El Papa también les pidió que actuaran como "observadores sabios de la realidad", aconsejándoles a trascender las emociones efímeras y los temores que podrían llevar a reacciones impulsivas. Propuso que los sacerdotes presenten iniciativas pastorales que alimenten la fe, fomenten vínculos solidarios y construyan comunidades reflejadas en los principios de fraternidad.

León XIV subrayó que la verdadera construcción de unidad y paz no se basa en la imposición, sino en el servicio. En este sentido, destacó que la fraternidad sacerdotal debe ser vista como un testimonio creíble de la presencia del Resucitado, enlazando a los presbíteros en un camino conjunto hacia el bienestar comunitario.

Asimismo, alentó a los sacerdotes a abrazar su vulnerabilidad y fragilidad, recordándoles que el Señor busca corazones humildes y dispuestos a la conversión, no personas perfectas. Este mensaje de aceptación subraya la importancia de la autenticidad en el ministerio sacerdotal.

El Papa también hizo eco de la visión de su predecesor, el Papa Francisco, quien ha propuesto la devoción al Sagrado Corazón como un espacio de encuentro personal con el Señor. León XIV afirmó que este corazón es también un refugio para abordar y sanar los conflictos tanto internos como los que afectan a nuestra sociedad contemporánea.

En un cierre esperanzador, León XIV hizo un llamado a los sacerdotes para que, en este Año Santo, se conviertan en "peregrinos de esperanza". Afirmó que su labor debe estar fundamentada en la oración, el perdón y la cercanía a los más necesitados, especialmente a las familias y jóvenes en busca de verdad. “Recuerden: la santidad de un sacerdote tiene el poder de hacer florecer la santidad a su alrededor,” concluyó con firmeza el Papa.