En un sorprendente giro judicial, el Tribunal Supremo (TS) ha decidido anular la pérdida de empleo de un cabo del Ejército de Tierra que había sido condenado por acoso sexual de forma sistemática a una soldado, al mismo tiempo que ha reducido su pena de prisión en cuatro meses, dejándola en cinco años y dos días.
Según una sentencia divulgada por Europa Press, la Sala de lo Militar ha atendido parcialmente el recurso de casación presentado por el cabo, argumentando que la duración de la sanción original era excesiva y que el tribunal de instancia, en este caso el Tribunal Militar Territorial Cuarto, no justificó adecuadamente su decisión.
Este tribunal había emitido una sentencia en noviembre de 2024, condenando al cabo a cinco años y seis meses de cárcel, así como a la pérdida de empleo. La sentencia incluía tres años de prisión por abuso de autoridad mediante acoso sexual y dos años y medio por otro delito de abuso de autoridad relacionado con lesiones psíquicas.
Además, el tribunal había impuesto al acusado una prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros y una multa de casi 20,000 euros por las lesiones psicológicas causadas, más 25,000 euros por daños morales.
La sentencia de instancia revela que el condenado, quien fue destinado en 2008 al V Batallón de Intervención de Emergencias de la Unidad Militar de Emergencias (UME), comenzó a acosar a la soldado en 2017, cuando ella se incorporó al pelotón de Sanidad. Durante su convivencia laboral de aproximadamente cuatro años, el cabo empezó a realizar comentarios ofensivos sobre el físico de la soldado de carácter sexual, refiriéndose a ella con apodos despectivos.
Asimismo, el fallo detalla numerosos mensajes de WhatsApp de contenido sexual que el cabo envió a la soldado, incluyendo sugerencias inapropiadas y propuestas para compartir fotos sugestivas. En una celebración formal del cuerpo militar, el acosador hizo comentarios de índole sexual en un momento trivial, lo que contribuyó a crear un ambiente de hostigamiento constante.
La víctima también enfrentó situaciones de abuso más físicas, incluyendo tocamientos no consentidos. En un ejercicio de obstáculos, el cabo aprovechó la oportunidad para tocarla de manera lasciva, justificando su acción con comentarios despreciativos.
Además, la soldado comenzó a recibir llamadas inquietantes de números ocultos, que la llenaban de miedo y ansiedad, modificando incluso su estilo de vida al evitar estar sola y cambiar sus rutinas cotidianas.
Ante este entramado de abusos y hostigamiento, el Tribunal Supremo ha decidido reducir la condena a dos años y nueve meses por el primer delito, y dos años, tres meses y un día por el segundo, eliminando también la sanción de pérdida de empleo del cabo.
La justificación del Supremo señala que el tribunal de instancia no ofreció una explicación adecuada sobre la gravedad del comportamiento del acusado en relación con la pérdida de empleo, que ahora se considera de carácter opcional. Esto ha desatado un debate sobre la necesidad de una mayor protección y justicia para las víctimas de acoso sexual dentro de las fuerzas armadas.
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