En un giro significativo en la política tunecina, el ex primer ministro Ali Larayedh ha sido sentenciado a 34 años de prisión por su presunta complicidad en la salida de ciudadanos tunecinos hacia regiones de conflicto como Siria, donde muchos habrían engrosado las filas de grupos extremistas como el Estado Islámico.

Esta resolución judicial, que afecta a alrededor de 820 individuos, coloca a la fuerza política Ennahda bajo un foco de escrutinio intenso, en tanto que estuvo en el poder entre 2011 y 2013 y, según se señala, facilitó la marcha de más de 5.000 ciudadanos para unirse a organizaciones terroristas.

Así mismo, el tribunal ha impuesto penas de entre 18 a 36 años de cárcel a otros siete coacusados, quienes deberán cumplir con medidas de vigilancia administrativa durante cinco años, de acuerdo a lo reportado por el medio tunecino Business News.

Los cargos en contra de los acusados abarcan desde la creación de acuerdos terroristas hasta el uso del territorio nacional para llevar a cabo actos de terrorismo tanto contra otros países como contra sus ciudadanos.

En respuesta a esta condena, el comité de defensa de Larayedh, quien lleva detenido desde el año 2022, manifestó que se encuentra ante una "campaña de difamación y desinformación", argumentando que las acusaciones son "mentiras y engaños". Esta declaración fue compartida a través de la página oficial de Ennahda en Facebook.

El informe del comité también sostiene que el proceso judicial está plagado de violaciones graves y que tiene un marcado carácter político, resaltando así la tensión existente en el entorno político y judicial de Túnez en la actualidad.