González y Peces-Barba se enfrentaron en un "pulso" por el protocolo de jura de la Princesa durante la ceremonia de su padre.

El presidente del Congreso impide que González hable en la cámara y se organiza otro acto en el Palacio Real donde interviene.
En una doble ceremonia que tendrá lugar el próximo 31 de octubre, la Princesa Leonor jurará la Constitución al cumplir 18 años. El evento se llevará a cabo primero en el Congreso de los Diputados y luego en el Palacio Real, siguiendo el mismo formato que ya se realizó con su padre, Felipe VI, el 30 de enero de 1986. Curiosamente, esta decisión protocolar surgió del enfrentamiento entre el entonces presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba, y el presidente del Gobierno, Felipe González.
Como presidente del Congreso, Peces-Barba fue el encargado de organizar la ceremonia. Según relata en su libro "La democracia en España" (1995), esto le generó muchos problemas. Su plan consistía en un juramento ante las Cortes Generales presidido por el presidente del Congreso, quien daría unas palabras explicando el propósito del acto. La intervención del Príncipe de Asturias, en aquel entonces, se limitaba a leer el juramento, y Peces-Barba cerraría con unas palabras en las que pronunciaría "¡Viva la Constitución!, ¡Viva el Rey!, ¡Viva España!". Por su parte, los Reyes Juan Carlos I y Sofía tenían un lugar destacado pero no presidían la sesión, esa responsabilidad recaía en el presidente del Congreso.
Peces-Barba afirma que su intención era realzar al Parlamento y su relación con la Corona. Él asegura que consultó esta idea con los servicios del Congreso y con el entonces presidente del Senado, José Federico de Carvajal, y nunca imaginó que esto causaría conflictos. Sin embargo, en diciembre recibió la noticia de que González debería intervenir en la ceremonia. Aunque al principio no se lo tomó en serio, debido a la gran presión y persistencia por parte del Gobierno, acabó cediendo.
En su opinión, la insistencia en que hablara el presidente era una muestra de los excesos y la exaltación del liderazgo de Felipe González. Para tratar de salvar la situación, Peces-Barba pensó en una especie de refrendo del juramento, pero la oposición liderada por Manuel Fraga se opuso rotundamente. Ante esta situación, Peces-Barba decidió mantener el proyecto inicial y así se lo hizo saber tanto a la Casa Real como al Gobierno.
Según Peces-Barba, nunca tuvo una conversación directa con González, todo se hizo a través de intermediarios. Él percibió que todos eran simples delegados del presidente y que habían perdido su personalidad e independencia. Pocos días después de tomar esta decisión, se enteró de que el Gobierno había organizado una ceremonia paralela en el Palacio de Oriente donde González hablaría. Además, le comunicaron que ni él ni el presidente del Senado ni los miembros de las mesas estarían invitados.
Peces-Barba considera increíble que una discrepancia termine en una situación tan extrema, que además de desconsiderar a los presidentes de las cámaras, podría suponer una desvalorización del Parlamento. Él critica duramente a González, afirmando que lo importante para él era que el presidente hablara, no que el príncipe jurara. Considera que el acto en el Palacio Real era simplemente un monumento al culto a la personalidad.
Esta disputa entre los dos presidentes y el doble acto en el 18 cumpleaños del Príncipe de Asturias fue el origen del protocolo que se utilizará para la jura de la Princesa Leonor. La heredera del trono jurará la Constitución en una primera ceremonia en el Congreso, presidida por Francina Armengol, seguida de otro acto en el Palacio Real donde recibirá el Collar de la Orden de Carlos III. En esta segunda ceremonia, se espera que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, tome la palabra, y aún está por verse si lo hará también el Rey Felipe VI.
Al igual que su padre, se espera que la Princesa Leonor lleve ropa de civil y no haya un crucifijo sobre la mesa. Según Peces-Barba, fue él quien insistió en que el príncipe no jurara con uniforme militar. Respecto a la ausencia del crucifijo, argumenta que no era lógico debido a que según la Constitución, "ninguna confesión tendrá carácter estatal". En cuanto a los invitados, hay una diferencia notable entre la jura del Rey y la de la Princesa Leonor. Cuando el entonces Príncipe de Asturias juró la Constitución, estuvo presente no solo su familia, sino también su abuelo paterno, el Gobierno y otras altas instituciones del Estado.
En el caso de la Princesa Leonor, el Rey emérito no asistirá a ninguno de los dos actos institucionales y solo ha sido invitado a una "celebración familiar" en el Palacio de El Pardo, al igual que el resto de la familia real y la familia de la Reina.
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