En un giro preocupante de los acontecimientos en la región, este jueves se han reportado nuevos enfrentamientos entre los rebeldes hutíes y el Ejército israelí en la capital yemení de Saná. Según la información proporcionada por fuentes de la insurgencia, las fuerzas israelíes han llevado a cabo un ataque sobre la ciudad, tras interceptar al menos dos drones provenientes de Yemen, aunque hasta ahora los hutíes no han asumido la autoría de estos lanzamientos.

La información ha sido difundida por la oficina de seguridad del Ministerio del Interior insurgente a través de un comunicado en su canal oficial de Telegram, aunque actualmente no se han ofrecido detalles sobre posibles víctimas o daños materiales resultantes del ataque.

Este episodio se suma a una serie de bombardeos que el Ejército israelí efectuó durante el fin de semana en Saná, donde al menos diez personas perdieron la vida y 92 resultaron heridas. Entre los objetivos de estos ataques se encontraban la central eléctrica de Haziz y un depósito de combustible, y se ha confirmado que uno de los bombardeos alcanzó el Palacio Presidencial.

Desde 2015, los hutíes han mantenido el control sobre Saná y diversas áreas en el norte y occidente de Yemen. En respuesta a la escalada de la ofensiva israelí contra Gaza, que se intensificó tras los ataques del 7 de octubre por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otros grupos palestinos, los hutíes han llevado a cabo ataques contra Israel y buques con vínculos israelíes.

Además, en un contexto más amplio, han atacado activos estadounidenses y británicos en un intento de retaliación a los bombardeos en Yemen, acciones que Washington y Londres justifican como medidas para asegurar la navegación en la región. Sin embargo, cabe destacar que en mayo los hutíes se unieron a un alto el fuego promovido por Estados Unidos, lo que complica aún más el clima de tensión en la zona.