
En un devastador giro de los acontecimientos, las autoridades vietnamitas han confirmado que el tifón 'Kajiki' ha cobrado la vida de siete personas este miércoles, tras azotar con fuerza varias provincias del norte y el centro del país. La intensa tormenta ha desatado lluvias torrenciales, impactando especialmente a la capital, Hanói.
El tifón ha dejado tras de sí una estela de destrucción, con al menos quince edificios residenciales derrumbados y daños en casi 9.000 propiedades. La crisis también se ha extendido a la infraestructura pública, afectando a ocho hospitales y más de 60 escuelas, según informes del periódico 'Viet Nam News'.
Los vientos huracanados han llevado a la caída de alrededor de 21.000 árboles y han inundado 3.600 hogares, creando una peligrosa situación para sus residentes. Además, las tierras agrícolas se han visto gravemente afectadas, con miles de hectáreas de cultivos devastadas por las inclemencias del tiempo.
Con vientos que alcanzaron entre 120 y 130 kilómetros por hora, el tifón ha dejado su marca en provincias como Ninh Binh, Nghe An y Ha Tinh, donde se reportan la mayoría de las víctimas. A medida que 'Kajiki' continúa su ruta, ha comenzado a moverse hacia Laos y Tailandia, donde ya se observan los efectos de su paso.
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